»¡Solo tú eres el Señor! Tú has hecho los cielos, y los cielos de los cielos con todas sus estrellas. Tú le das vida a todo lo creado: la tierra y el mar con todo lo que hay en ellos. ¡Por eso te adoran los ejércitos del cielo!
Mateo 6:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Biblia Nueva Traducción Viviente Que tu reino venga pronto. Que se cumpla tu voluntad en la tierra como se cumple en el cielo. Biblia Católica (Latinoamericana) venga tu Reino,
hágase tu voluntad
así en la tierra como en el Cielo. La Biblia Textual 3a Edicion Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, también en la tierra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 venga tu reino; hágase tu voluntad, como en el cielo, también en la tierra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. |
»¡Solo tú eres el Señor! Tú has hecho los cielos, y los cielos de los cielos con todas sus estrellas. Tú le das vida a todo lo creado: la tierra y el mar con todo lo que hay en ellos. ¡Por eso te adoran los ejércitos del cielo!
En los últimos días, el monte de la casa del Señor será establecido como el más alto de los montes; se alzará por encima de las colinas, y hacia él confluirán todas las naciones.
»Vienen días —afirma el Señor—, en que de la simiente de David haré surgir un vástago justo; él reinará con sabiduría en el país, y practicará el derecho y la justicia.
»En los días de estos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido ni entregado a otro pueblo, sino que permanecerá para siempre y hará pedazos a todos estos reinos.
Ninguno de los pueblos de la tierra merece ser tenido en cuenta. Dios hace lo que quiere con los poderes celestiales y con los pueblos de la tierra. No hay quien se oponga a su poder ni quien le pida cuentas de sus actos.
»En esa visión nocturna, vi que alguien con aspecto humano venía entre las nubes del cielo. Se acercó al venerable Anciano y fue llevado a su presencia,
Entonces se dará a los santos, que son el pueblo del Altísimo, la majestad y el poder y la grandeza de los reinos. Su reino será un reino eterno, y lo adorarán y obedecerán todos los gobernantes de la tierra”.
¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de alegría, hija de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti, justo, Salvador y humilde. Viene montado en un asno, en un pollino, cría de asna.
Pues mi hermano, mi hermana y mi madre son los que hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Os aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto al Hijo del hombre llegar en su reino.
Por segunda vez se retiró y oró: «Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este trago amargo, hágase tu voluntad».
Desde entonces comenzó Jesús a predicar: «Arrepentíos, porque el reino de los cielos está cerca».
»No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino solo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
―¡Bendito el reino venidero de nuestro padre David! ―¡Hosanna en las alturas!
Cualquiera que hace la voluntad de Dios es mi hermano, mi hermana y mi madre.
Como la gente lo escuchaba, pasó a contarles una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y la gente pensaba que el reino de Dios iba a manifestarse en cualquier momento.
―¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! ―¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!
«Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya».
―Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra —les dijo Jesús—.
Porque la voluntad de mi Padre es que todo el que reconozca al Hijo y crea en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.
El que esté dispuesto a hacer la voluntad de Dios reconocerá si mi enseñanza proviene de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta.
Tras destituir a Saúl, les puso por rey a David, de quien dio este testimonio: “He encontrado en David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón; él realizará todo lo que yo quiero”.
Como no se dejaba convencer, desistimos, exclamando: ―¡Que se haga la voluntad del Señor!
Luego dijo: “El Dios de nuestros antepasados te ha escogido para que conozcas su voluntad, y para que veas al Justo y oigas las palabras de su boca.
No os amoldéis al mundo actual, sino sed transformados mediante la renovación de vuestra mente. Así podréis comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.
No lo hagáis solo cuando os estén mirando, como los que quieren ganarse el favor humano, sino como esclavos de Cristo, haciendo de todo corazón la voluntad de Dios.
Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo,
Por eso, desde el día en que lo supimos, no hemos dejado de orar por vosotros. Pedimos que Dios os haga conocer plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual,
La voluntad de Dios es que seáis santificados; que os apartéis de la inmoralidad sexual;
dad gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para vosotros en Cristo Jesús.
¿No son todos los ángeles espíritus dedicados al servicio divino, enviados para ayudar a los que han de heredar la salvación?
Necesitáis perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, recibáis lo que él ha prometido.
Por eso dije: “Aquí me tienes —como el libro dice de mí—. He venido, oh Dios, a hacer tu voluntad”».
Que él los capacite en todo lo bueno para hacer su voluntad. Y que, por medio de Jesucristo, Dios cumpla en nosotros lo que le agrada. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Porque esta es la voluntad de Dios: que, practicando el bien, hagáis callar la ignorancia de los insensatos.
para vivir el resto de su vida terrenal no satisfaciendo sus pasiones humanas, sino cumpliendo la voluntad de Dios.
Tocó el séptimo ángel su trompeta, y en el cielo resonaron fuertes voces que decían: «El reino del mundo ha pasado a ser de nuestro Señor y de su Cristo, y él reinará por los siglos de los siglos».
Luego oí en el cielo un gran clamor: «Han llegado ya la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios; ha llegado ya la autoridad de su Cristo. Porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios.
Después oí voces como el rumor de una inmensa multitud, como el estruendo de una catarata y como el retumbar de potentes truenos, que exclamaban: «¡Aleluya! Ya ha comenzado a reinar el Señor, nuestro Dios Todopoderoso.
Entonces vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar. Vi también las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios. No habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni se habían dejado poner su marca en la frente ni en la mano. Volvieron a vivir y reinaron con Cristo mil años.