El vestíbulo de la nave medía lo mismo que el ancho del templo, es decir, también medía nueve metros de largo, y nueve metros de alto. Por dentro, Salomón lo recubrió de oro puro.
Mateo 4:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa e hizo que se pusiera de pie sobre la parte más alta del templo, y le dijo: Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, Biblia Nueva Traducción Viviente Después el diablo lo llevó a la santa ciudad, Jerusalén, al punto más alto del templo, Biblia Católica (Latinoamericana) Después el diablo lo llevó a la Ciudad Santa y lo puso en la parte más alta de la muralla del Templo. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces el diablo lo lleva hasta la santa ciudad, lo puso en pie sobre el pináculo del templo, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso sobre el alero del templo Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces el diablo lo llevó a la santa ciudad, y lo puso sobre el pináculo del templo, |
El vestíbulo de la nave medía lo mismo que el ancho del templo, es decir, también medía nueve metros de largo, y nueve metros de alto. Por dentro, Salomón lo recubrió de oro puro.
Los jefes del pueblo se establecieron en Jerusalén. Entre el resto del pueblo se hizo un sorteo para que uno de cada diez se quedara a vivir en Jerusalén, la ciudad santa, y los otros nueve se establecieran en las otras poblaciones.
Los levitas que se establecieron en la ciudad santa fueron doscientos ochenta y cuatro.
Vosotros que os llamáis ciudadanos de la ciudad santa y confiáis en el Dios de Israel, cuyo nombre es el Señor Todopoderoso:
¡Despierta, Sión, despierta! ¡Revístete de poder! Jerusalén, ciudad santa, ponte tus vestidos de gala, que los incircuncisos e impuros no volverán a entrar en ti.
Aparta tu ira y tu furor de Jerusalén, como corresponde a tus actos de justicia. Ella es tu ciudad y tu monte santo. Por nuestros pecados, y por la iniquidad de nuestros antepasados, Jerusalén y tu pueblo son objeto de burla de cuantos nos rodean.
»”Setenta semanas han sido decretadas para que tu pueblo y tu santa ciudad pongan fin a sus transgresiones y pecados, pidan perdón por su maldad, establezcan para siempre la justicia, sellen la visión y la profecía, y consagren el lugar santísimo.
Salieron de los sepulcros y, después de la resurrección de Jesús, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos.
El diablo lo llevó luego a Jerusalén e hizo que se pusiera de pie en la parte más alta del templo, y le dijo: ―Si eres el Hijo de Dios, ¡tírate de aquí!
―No tendrías ningún poder sobre mí si no se te hubiera dado de arriba —le contestó Jesús—. Por eso el que me puso en tus manos es culpable de un pecado más grande.
Pero no incluyas el atrio exterior del templo; no lo midas, porque ha sido entregado a las naciones paganas, las cuales pisotearán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.