El Espíritu del Señor reposará sobre él: espíritu de sabiduría y de entendimiento, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor.
Mateo 3:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Tan pronto como Jesús fue bautizado, subió del agua. En ese momento se abrió el cielo, y él vio al Espíritu de Dios bajar como una paloma y posarse sobre él. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Biblia Nueva Traducción Viviente Después del bautismo, mientras Jesús salía del agua, los cielos se abrieron y vio al Espíritu de Dios que descendía sobre él como una paloma. Biblia Católica (Latinoamericana) Una vez bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los Cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y se posaba sobre él. La Biblia Textual 3a Edicion Y Jesús, después que fue bautizado, subió enseguida del agua, y he aquí se abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descendiendo como una paloma que venía sobre Él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Apenas bautizado Jesús, salió en seguida del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios descender, como una paloma, y venir sobre él, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jesús, después que fue bautizado, subió al instante del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma, y venía sobre Él. |
El Espíritu del Señor reposará sobre él: espíritu de sabiduría y de entendimiento, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor.
»Este es mi siervo, a quien sostengo, mi escogido, en quien me deleito; sobre él he puesto mi Espíritu, y llevará justicia a las naciones.
»En cuanto a mí —dice el Señor—, este es mi pacto con ellos: Mi Espíritu que está sobre ti, y mis palabras que he puesto en tus labios, no se apartarán más de ti, ni de tus hijos ni de sus descendientes, desde ahora y para siempre —dice el Señor—.
El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros,
En el día quinto del mes cuarto del año treinta, mientras me encontraba entre los deportados a orillas del río Quebar, los cielos se abrieron y recibí visiones de Dios.
En seguida, al subir del agua, Jesús vio que el cielo se abría y que el Espíritu bajaba sobre él como una paloma.
―Ciertamente os aseguro que veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.
El enviado de Dios comunica el mensaje divino, pues Dios mismo le da su Espíritu sin restricción.
―¡Veo el cielo abierto —exclamó—, y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios!
Este es el que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no solo mediante agua, sino mediante agua y sangre. El Espíritu es quien da testimonio de esto, porque el Espíritu es la verdad.