Alabad al Señor, vosotros sus ángeles, que ejecutáis su palabra y obedecéis su mandato.
Mateo 22:30 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 En la resurrección, las personas no se casarán ni serán dadas en casamiento, sino que serán como los ángeles que están en el cielo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues cuando los muertos resuciten, no se casarán ni se entregarán en matrimonio. En este sentido, serán como los ángeles del cielo. Biblia Católica (Latinoamericana) Primeramente, en la resurrección no se toma mujer ni esposo, sino que son como ángeles en el Cielo. La Biblia Textual 3a Edicion porque en la resurrección, no se casan ni se dan en casamiento, sino que son como los ángeles° en el cielo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque, en la resurrección, ni los hombres se casarán ni las mujeres serán dadas en matrimonio, sino que serán como ángeles en el cielo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque en la resurrección ni se casan, ni se dan en casamiento, sino que son como los ángeles de Dios en el cielo. |
Alabad al Señor, vosotros sus ángeles, que ejecutáis su palabra y obedecéis su mandato.
«Así dice el Señor Todopoderoso: »“Si andas en mis caminos y cumples como sacerdote, entonces gobernarás mi templo y te harás cargo de mis atrios. ¡Yo te concederé un lugar entre estos que están aquí!
Entonces los justos brillarán en el reino de su Padre como el sol. El que tenga oídos, que oiga.
»Tened cuidado de no menospreciar a uno de estos pequeños. Porque os digo que en el cielo los ángeles de ellos contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial.
Pero, en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os dijo Dios:
Porque en los días antes del diluvio comían, bebían y se casaban y daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca;
Comían, bebían, y se casaban y daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y los destruyó a todos.
Me postré a sus pies para adorarle. Pero él me dijo: «¡No, cuidado! Soy un siervo como tú y como tus hermanos que se mantienen fieles al testimonio de Jesús. ¡Adora solo a Dios! El testimonio de Jesús es el espíritu que inspira la profecía».