«¿A quién creen que están enseñando? ¿A quién le están explicando su mensaje? ¿Creen que somos niños recién destetados, que acaban de dejar el pecho?
Mateo 21:27 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 ―No lo sabemos. ―Pues yo tampoco os voy a decir con qué autoridad hago esto. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. Y él también les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces finalmente contestaron: —No sabemos. Y Jesús respondió: —Entonces yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces contestaron a Jesús: 'No lo sabemos.
Y Jesús les replicó: 'Pues yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas. La Biblia Textual 3a Edicion Y respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. Y Él les dijo: Tampoco Yo os digo con qué clase de autoridad hago estas cosas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respondieron, pues, a Jesús: 'No lo sabemos'. Entonces él les contestó: 'Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esas cosas'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. Y Él les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas. |
«¿A quién creen que están enseñando? ¿A quién le están explicando su mensaje? ¿Creen que somos niños recién destetados, que acaban de dejar el pecho?
Haz insensible el corazón de este pueblo; embota sus oídos y cierra sus ojos, no sea que vea con sus ojos, oiga con sus oídos, y entienda con su corazón, y se convierta y sea sanado».
Dejadlos; son guías ciegos. Y, si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en un hoyo.
y por la mañana, que habrá tempestad porque el cielo está nublado y amenazante. Sabéis discernir el aspecto del cielo, pero no así las señales de los tiempos.
Pero, si decimos: “De la tierra”… tememos al pueblo, porque todos consideran que Juan era un profeta». Así que le respondieron a Jesús:
»¿Qué os parece? —continuó Jesús—. Había un hombre que tenía dos hijos. Se dirigió al primero y le pidió: “Hijo, ve a trabajar hoy en el viñedo”.
―¡Ahí está lo sorprendente! —respondió el hombre—: que vosotros no sepáis de dónde salió, y que a mí me haya abierto los ojos.
Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer.
Pero, si nuestro evangelio está encubierto, lo está para los que se pierden.