¡Con tu mano, Señor, sálvame de estos mortales que no tienen más herencia que esta vida! Con tus tesoros les has llenado el vientre, sus hijos han tenido abundancia, y hasta ha sobrado para sus descendientes.
Mateo 19:22 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Cuando el joven oyó esto, se fue triste, porque tenía muchas riquezas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando el joven escuchó lo que Jesús le dijo, se fue triste porque tenía muchas posesiones. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando el joven oyó esta respuesta, se marchó triste, porque era un gran terrateniente. La Biblia Textual 3a Edicion Pero al oír el joven la palabra, se fue entristecido, porque era de los que tienen° muchas posesiones. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero cuando el joven oyó [estas] palabras se fue, lleno de tristeza, pues poseía muchos bienes. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. |
¡Con tu mano, Señor, sálvame de estos mortales que no tienen más herencia que esta vida! Con tus tesoros les has llenado el vientre, sus hijos han tenido abundancia, y hasta ha sobrado para sus descendientes.
Y se te acercan en masa, y se sientan delante de ti y escuchan tus palabras, pero luego no las practican. Me halagan de labios para afuera, pero después solo buscan las ganancias injustas.
El que recibió la semilla que cayó entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas la ahogan, de modo que esta no llega a dar fruto.
El rey se entristeció, pero, a causa de sus juramentos y en atención a los invitados, ordenó que se le concediera la petición,
¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? ¿O qué se puede dar a cambio de la vida?
―Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.
―Os aseguro —comentó Jesús a sus discípulos— que es difícil para un rico entrar en el reino de los cielos.
»Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas.
Al oír esto, el hombre se desanimó y se fue triste, porque tenía muchas riquezas.
El rey se quedó angustiado, pero, a causa de sus juramentos y en atención a los invitados, no quiso desairarla.
Ciertamente os aseguro que lloraréis de dolor, mientras que el mundo se alegrará. Os pondréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.
Porque podéis estar seguros de que nadie que sea avaro (es decir, idólatra), inmoral o impuro tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios.
Por tanto, haced morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia, la cual es idolatría.