En cuanto José vio a sus hermanos, los reconoció; pero, fingiendo no conocerlos, les habló con rudeza: ―¡Y vosotros!, ¿de dónde venís? ―Venimos de Canaán, para comprar alimento —contestaron.
Mateo 15:23 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Jesús no le respondió palabra. Así que sus discípulos se acercaron a él y le rogaron: ―Despídela, porque viene detrás de nosotros gritando. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero Jesús no le contestó ni una palabra. Entonces sus discípulos le pidieron que la despidiera. «Dile que se vaya —dijeron—. Nos está molestando con sus súplicas». Biblia Católica (Latinoamericana) Pero Jesús no le contestó ni una palabra. Entonces sus discípulos se acercaron y le dijeron: 'Atiéndela, mira cómo grita detrás de nosotros. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Él no le respondió palabra. Entonces, acercándose sus discípulos, le rogaban, diciendo: Despídela, que grita detrás de nosotros. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero él no le respondió palabra. Y sus discípulos, acercándose a él, le suplicaban: 'Atiéndela; que viene gritando detrás de nosotros'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero Él no le respondió palabra. Y sus discípulos vinieron y le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. |
En cuanto José vio a sus hermanos, los reconoció; pero, fingiendo no conocerlos, les habló con rudeza: ―¡Y vosotros!, ¿de dónde venís? ―Venimos de Canaán, para comprar alimento —contestaron.
A ti clamo, Señor, roca mía; no te desentiendas de mí, porque, si guardas silencio, ya puedo contarme entre los muertos.
Al atardecer se le acercaron sus discípulos y le dijeron: ―Este es un lugar apartado y ya se hace tarde. Despide a la gente, para que vayan a los pueblos y se compren algo de comer.
Una mujer cananea de las inmediaciones salió a su encuentro, gritando: ―¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija sufre terriblemente por estar endemoniada.
―No fui enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel —contestó Jesús.
Recuerda que durante cuarenta años el Señor tu Dios te llevó por todo el camino del desierto, y te humilló y te puso a prueba para conocer lo que había en tu corazón y ver si cumplirías o no sus mandamientos.