«Los maestros de la ley y los fariseos tienen la responsabilidad de interpretar a Moisés.
Mateo 15:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Se acercaron a Jesús algunos fariseos y maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén, y le preguntaron: Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: Biblia Nueva Traducción Viviente En ese momento, algunos fariseos y maestros de la ley religiosa llegaron desde Jerusalén para ver a Jesús. Biblia Católica (Latinoamericana) Unos fariseos y maestros de la Ley habían venido de Jerusalén. Se acercaron a Jesús La Biblia Textual 3a Edicion Entonces se acercaron a Jesús unos fariseos y escribas de Jerusalem, diciendo: Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces se acercan a Jesús algunos fariseos y escribas de Jerusalén y le preguntan: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces vinieron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: |
«Los maestros de la ley y los fariseos tienen la responsabilidad de interpretar a Moisés.
Porque os digo que no entraréis en el reino de los cielos a menos que vuestra justicia supere a la de los fariseos y de los maestros de la ley.
Los maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén decían: «¡Está poseído por Beelzebú! Expulsa a los demonios por medio del príncipe de los demonios».
Un día, mientras enseñaba, estaban sentados allí algunos fariseos y maestros de la ley que habían venido de todas las aldeas de Galilea y Judea, y también de Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para sanar a los enfermos.
Los fariseos y los maestros de la ley comenzaron a pensar: «¿Quién es este que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?»
Pero los fariseos y los maestros de la ley que eran de la misma secta les reclamaban a los discípulos de Jesús: ―¿Por qué coméis y bebéis con recaudadores de impuestos y pecadores?
Este es el testimonio de Juan cuando los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a preguntarle quién era.
Se produjo un gran alboroto, y algunos de los maestros de la ley que eran fariseos se pusieron de pie y protestaron. «No encontramos ningún delito en este hombre —dijeron—. ¿Acaso no podría haberle hablado un espíritu o un ángel?»
Cuando este se presentó, los judíos que habían bajado de Jerusalén lo rodearon, formulando contra él muchas acusaciones graves que no podían probar.