Ahora bien, tú confías en Egipto, ¡ese bastón de caña astillada, que traspasa la mano y hiere al que se apoya en él! Porque eso es el faraón, el rey de Egipto, para todos los que en él confían.
Mateo 12:20 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 No acabará de romper la caña quebrada ni apagará la mecha que apenas arde, hasta que haga triunfar la justicia. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 La caña cascada no quebrará, Y el pábilo que humea no apagará, Hasta que saque a victoria el juicio. Biblia Nueva Traducción Viviente No aplastará la caña más débil ni apagará una vela que titila. Al final, hará que la justicia salga victoriosa. Biblia Católica (Latinoamericana) No quebrará la caña resquebrajada ni apagará la mecha que todavía humea, hasta que haga triunfar la justicia. La Biblia Textual 3a Edicion No quebrará la caña cascada, Ni apagará la mecha que humea, Hasta que° saque a victoria el juicio. Biblia Serafín de Ausejo 1975 La caña cascada no la quebrará, y no apagará la mecha mortecina, hasta que haga triunfar el juicio Biblia Reina Valera Gómez (2023) La caña cascada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará, hasta que saque a victoria el juicio. |
Ahora bien, tú confías en Egipto, ¡ese bastón de caña astillada, que traspasa la mano y hiere al que se apoya en él! Porque eso es el faraón, el rey de Egipto, para todos los que en él confían.
El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido.
Como un pastor que cuida su rebaño, recoge los corderos en sus brazos; los lleva junto a su pecho, y guía con cuidado a las recién paridas.
Porque lo dice el excelso y sublime, el que vive para siempre, cuyo nombre es santo: «Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los quebrantados.
Buscaré a las ovejas perdidas, recogeré a las extraviadas, vendaré a las heridas y fortaleceré a las débiles, pero exterminaré a las ovejas gordas y robustas. Yo las pastorearé con justicia.
»Venid a mí todos vosotros que estáis cansados y agobiados, y yo os daré descanso.
Mientras se iban los discípulos de Juan, Jesús comenzó a hablar a la multitud acerca de Juan: «¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?
«El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos,
Sin embargo, gracias a Dios que en Cristo siempre nos lleva triunfantes y, por medio de nosotros, esparce por todas partes la fragancia de su conocimiento.
Más bien debierais perdonarlo y consolarlo para que no sea consumido por la excesiva tristeza.
Miré, ¡y apareció un caballo blanco! El jinete llevaba un arco; se le dio una corona, y salió como vencedor, para seguir venciendo.