así que altercaron con Moisés. ―Danos agua para beber —le exigieron. ―¿Por qué peleáis conmigo? —se defendió Moisés—. ¿Por qué provocáis al Señor?
Marcos 8:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Llegaron los fariseos y comenzaron a discutir con Jesús. Para ponerlo a prueba, le pidieron una señal del cielo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Vinieron entonces los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole señal del cielo, para tentarle. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando los fariseos oyeron que Jesús había llegado, se acercaron y comenzaron a discutir con él. Para ponerlo a prueba, exigieron que les mostrara una señal milagrosa del cielo que demostrara su autoridad. Biblia Católica (Latinoamericana) Vinieron los fariseos y empezaron a discutir con Jesús. Querían ponerlo en apuros, y esperaban de él una señal que viniera del Cielo. La Biblia Textual 3a Edicion Y los fariseos salieron y comenzaron a discutir con Él, pidiéndole una señal del cielo,° a fin de tentarlo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Salieron los fariseos y se pusieron a discutir con él, pidiéndole, para ponerle a prueba, una señal venida del cielo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vinieron los fariseos y comenzaron a altercar con Él, y tentándole, le pedían señal del cielo. |
así que altercaron con Moisés. ―Danos agua para beber —le exigieron. ―¿Por qué peleáis conmigo? —se defendió Moisés—. ¿Por qué provocáis al Señor?
Además, a ese lugar lo llamó Masá, y también Meribá, porque los israelitas habían altercado con él y provocado al Señor al decir: «¿Está o no está el Señor entre nosotros?»
si nos toca llamar dichosos a los soberbios, y los que hacen lo malo no solo prosperan, sino que incluso desafían a Dios y se salen con la suya?”»
Algunos de los fariseos y de los maestros de la ley le dijeron: ―Maestro, queremos ver alguna señal milagrosa de parte tuya.
Algunos fariseos se le acercaron y, para ponerlo a prueba, le preguntaron: ―¿Está permitido que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier motivo?
Jesús entró en el templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo. ―¿Con qué autoridad haces esto? —lo interrogaron—. ¿Quién te dio esa autoridad?
Entonces salieron los fariseos y tramaron cómo tenderle a Jesús una trampa con sus mismas palabras.
Conociendo sus malas intenciones, Jesús replicó: ―¡Hipócritas! ¿Por qué me tendéis trampas?
Ese mismo día los saduceos, que decían que no hay resurrección, se le acercaron y le plantearon un problema:
¿Debemos pagar o no? Pero Jesús, sabiendo que fingían, les replicó: ―¿Por qué me tendéis trampas? Traedme una moneda romana para verla.
Cuando los maestros de la ley que eran fariseos vieron con quién comía, les preguntaron a sus discípulos: ―¿Y este come con recaudadores de impuestos y con pecadores?
En esto se presentó un experto en la ley y, para poner a prueba a Jesús, le hizo esta pregunta: ―Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?
―Nunca vais a creer a menos que veáis señales y prodigios —le dijo Jesús.
―¿Y qué señal harás para que la veamos y te creamos? ¿Qué puedes hacer? —insistieron ellos—.
Con esta pregunta le estaban tendiendo una trampa, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y con el dedo comenzó a escribir en el suelo.
―¿Por qué os pusisteis de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del Señor? —le recriminó Pedro—. ¡Mira! Los que sepultaron a tu esposo acaban de regresar y ahora te llevarán a ti.
Tampoco pongamos a prueba al Señor, como lo hicieron algunos y murieron víctimas de las serpientes.