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Marcos 5:43 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Él dio órdenes estrictas de que nadie se enterara de lo ocurrido, y les mandó que dieran de comer a la niña.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Jesús dio órdenes estrictas de que no le dijeran a nadie lo que había sucedido y entonces les dijo que le dieran de comer a la niña.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero Jesús les pidio insistentemente que no lo contaran a nadie, y les dijo que dieran algo de comer a la niña.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y Él les ordenó severa y repetidamente que nadie supiera esto, y dijo que se le diera° de comer.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero él les recomendó encarecidamente que nadie lo viniera a saber; y dijo que le dieran de comer a la niña.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Él les encargó mucho que nadie lo supiese, y mandó que se le diese de comer.

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Lòt tradiksyon



Marcos 5:43
15 Referans Kwoze  

Mientras bajaban de la montaña, Jesús les encargó: ―No le contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del hombre resucite.


―Mira, no se lo digas a nadie —le dijo Jesús—; solo ve, preséntate al sacerdote y lleva la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio.


Y recobraron la vista. Jesús les advirtió con firmeza: ―Aseguraos de que nadie se entere de esto.


Jesús lo despidió en seguida con una fuerte advertencia:


Pero él les ordenó terminantemente que no dijeran quién era él.


La niña, que tenía doce años, se levantó en seguida y comenzó a andar. Ante este hecho, todos se llenaron de asombro.


Jesús les mandó que no se lo dijeran a nadie, pero cuanto más se lo prohibía, tanto más lo seguían propagando.


Mientras bajaban de la montaña, Jesús les ordenó que no contaran a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre se levantara de entre los muertos.


Luego, estando con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio.


―No se lo digas a nadie —le ordenó Jesús—; solo ve, preséntate al sacerdote y lleva por tu purificación lo que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio.


Los padres se quedaron atónitos, pero él les advirtió que no contaran a nadie lo que había sucedido.


»La gloria humana no la acepto,


no a todo el pueblo, sino a nosotros, testigos previamente escogidos por Dios, que comimos y bebimos con él después de su resurrección.