que se sienta entre los sepulcros y pasa la noche en vigilias secretas; que come carne de cerdo, y en sus ollas cocina caldo impuro;
Marcos 5:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Tan pronto como desembarcó Jesús, un hombre poseído por un espíritu maligno le salió al encuentro de entre los sepulcros. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Jesús bajó de la barca, un hombre poseído por un espíritu maligno salió de entre las tumbas a su encuentro. Biblia Católica (Latinoamericana) Apenas había bajado Jesús de la barca, un hombre vino a su encuentro, saliendo de entre los sepulcros, pues estaba poseído por un espíritu malo. La Biblia Textual 3a Edicion En cuanto desembarcó, en seguida vino a su encuentro de entre los sepulcros un hombre poseído de un espíritu inmundo, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Apenas desembarcó, vino a su encuentro, saliendo de los sepulcros, un hombre poseído de un espíritu impuro. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y saliendo Él de la barca, enseguida le salió al encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, |
que se sienta entre los sepulcros y pasa la noche en vigilias secretas; que come carne de cerdo, y en sus ollas cocina caldo impuro;
De repente, en la sinagoga, un hombre que estaba poseído por un espíritu maligno gritó:
Entonces el espíritu maligno sacudió al hombre violentamente y salió de él dando un alarido.
Entonces, para evitar que la gente lo estrujara, encargó a sus discípulos que le tuvieran preparada una pequeña barca;
De nuevo comenzó Jesús a enseñar a la orilla del lago. La multitud que se reunió para verlo era tan grande que él subió y se sentó en una barca que estaba en el lago, mientras toda la gente se quedaba en la playa.
Dejaron a la multitud y se fueron con él en la barca donde estaba. También lo acompañaban otras barcas.
Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, y se reunió alrededor de él una gran multitud, por lo que él se quedó en la orilla.
Este hombre vivía en los sepulcros, y ya nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas.
De hecho, muy pronto se enteró de su llegada una mujer que tenía una niña poseída por un espíritu maligno, así que fue y se arrojó a sus pies.
Al desembarcar Jesús, un endemoniado que venía del pueblo le salió al encuentro. Hacía mucho tiempo que este hombre no se vestía; tampoco vivía en una casa, sino en los sepulcros.
Estaba acercándose el muchacho cuando el demonio lo derribó con una convulsión. Pero Jesús reprendió al espíritu maligno, sanó al muchacho y se lo devolvió al padre.