Entonces me dijo: “No tengas miedo, Daniel. Tu petición fue escuchada desde el primer día en que te propusiste ganar entendimiento y humillarte ante tu Dios. En respuesta a ella estoy aquí.
Marcos 16:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Al entrar en el sepulcro vieron a un joven vestido con un manto blanco, sentado a la derecha, y se asustaron. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando entraron en la tumba, vieron a un joven vestido con un manto blanco, sentado al lado derecho. Las mujeres estaban asustadas, Biblia Católica (Latinoamericana) Al entrar en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, vestido enteramente de blanco, y se asustaron. La Biblia Textual 3a Edicion Y entrando en el sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de una larga ropa blanca, y quedaron atónitas de espanto. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando entraron en el sepulcro vieron a un joven, sentado a la parte derecha, vestido con una túnica blanca, y se quedaron asustadas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y entrando en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron. |
Entonces me dijo: “No tengas miedo, Daniel. Tu petición fue escuchada desde el primer día en que te propusiste ganar entendimiento y humillarte ante tu Dios. En respuesta a ella estoy aquí.
»Cuando Gabriel se acercó al lugar donde yo estaba, me sentí aterrorizado y caí de rodillas. Pero él me dijo: “Ten en cuenta, criatura humana, que la visión tiene que ver con la hora final”.
Su aspecto era como el de un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve.
Todos se quedaron tan asustados que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una enseñanza nueva, pues lo hace con autoridad! Ordena incluso a los espíritus malignos, y le obedecen».
Se llevó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a sentir temor y tristeza.
Pues la piedra era muy grande. Pero, al fijarse bien, se dieron cuenta de que estaba corrida.
Tan pronto como la gente vio a Jesús, todos se sorprendieron y corrieron a saludarlo.
En ese momento entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; y vio y creyó.