David respondió: ―Hijos de Sarvia, esto no es asunto vuestro, sino mío. Estáis actuando como si fuerais mis adversarios. ¿Cómo va a morir hoy alguien del pueblo, cuando precisamente en este día vuelvo a ser rey de Israel?
Lucas 9:55 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Pero Jesús se volvió a ellos y los reprendió. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Jesús se volvió a ellos y los reprendió. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero Jesús se volvió y los reprendió. La Biblia Textual 3a Edicion Pero volviéndose,° los reprendió.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero Jesús, volviéndose hacia ellos, los reprendió. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces volviéndose Él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; |
David respondió: ―Hijos de Sarvia, esto no es asunto vuestro, sino mío. Estáis actuando como si fuerais mis adversarios. ¿Cómo va a morir hoy alguien del pueblo, cuando precisamente en este día vuelvo a ser rey de Israel?
Job le respondió: ―Mujer, hablas como una necia. Si de Dios sabemos recibir lo bueno, ¿no sabremos recibir también lo malo? A pesar de todo esto, Job no pecó ni de palabra.
¿Quién te ayudó a pronunciar tal discurso? ¿Qué espíritu ha hablado por tu boca?»
Por tanto, me retracto de lo que he dicho, y me arrepiento en polvo y ceniza».
No reprendas al insolente, no sea que acabe por odiarte; reprende al sabio, y te amará.
Nada hay tan engañoso como el corazón. No tiene remedio. ¿Quién puede comprenderlo?
Jesús se volvió y le dijo a Pedro: ―¡Aléjate de mí, Satanás! Quieres hacerme tropezar; no piensas en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Estad alerta y orad para no caer en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil».
En eso, uno de los que estaban con él extendió la mano, sacó la espada e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole una oreja.
Cuando los discípulos Jacobo y Juan vieron esto, le preguntaron: ―Señor, ¿quieres que hagamos caer fuego del cielo para que los destruya?
De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
No devolváis mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendecid, porque para esto fuisteis llamados, para heredar una bendición.
Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé fervoroso y arrepiéntete.