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Lucas 8:15 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Pero la parte que cayó en buen terreno son los que oyen la palabra con corazón noble y bueno, y la retienen; y, como perseveran, producen una buena cosecha.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Mas la que cayó en buena tierra, estos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Y las semillas que cayeron en la buena tierra representan a las personas sinceras, de buen corazón, que oyen la palabra de Dios, se aferran a ella y con paciencia producen una cosecha enorme.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Y lo que cae en tierra buena son los que reciben la palabra con un corazón noble y generoso, la guardan y, perseverando, dan fruto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero la que cae° en buena tierra, éstos son los que oyeron la palabra con corazón recto y bueno, y producen fruto con perseverancia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Lo de la tierra buena son los que oyen la palabra con un corazón noble y generoso, la retienen y por su constancia dan fruto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Mas la que en buena tierra, estos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y llevan fruto con paciencia.

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Lòt tradiksyon



Lucas 8:15
40 Referans Kwoze  

En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti.


Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu.


Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos.


Al encontrarme con tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, Señor Dios Todopoderoso.


»Este es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel —afirma el Señor—: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.


Y los babilonios que ataquen esta ciudad entrarán en ella y le prenderán fuego, así como a las casas en cuyas azoteas se quemaba incienso a Baal y, para provocarme a ira, se derramaban libaciones a otros dioses.


pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.


―Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.


El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca.


La parte que cayó entre espinos son los que oyen, pero, con el correr del tiempo, los ahogan las preocupaciones, las riquezas y los placeres de esta vida, y no maduran.


»Nadie enciende una lámpara para después cubrirla con una vasija o ponerla debajo de la cama, sino para ponerla en una repisa, a fin de que los que entren tengan luz.


»Si me amáis, obedeceríais mis mandamientos.


Si obedecéis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.


Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria, honor e inmortalidad.


Pero ahora que habéis sido liberados del pecado y os habéis puesto al servicio de Dios, cosecháis la santidad que conduce a la vida eterna.


Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo.


Así mismo, hermanos míos, vosotros moristeis a la ley mediante el cuerpo crucificado de Cristo, a fin de pertenecer al que fue levantado de entre los muertos. De este modo daremos fruto para Dios.


Pero, si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia.


Para nada cuenta estar o no estar circuncidado; lo que importa es cumplir los mandatos de Dios.


Porque por gracia habéis sido salvados mediante la fe; esto no procede de vosotros, sino que es el regalo de Dios,


El Señor tu Dios quitará lo pagano que haya en tu corazón y en el de tus descendientes, para que lo ames con todo tu corazón y con toda tu alma, y así tengas vida.


llenos del fruto de justicia que se produce por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.


para que viváis de manera digna del Señor, agradándole en todo. Esto implica dar fruto en toda buena obra, crecer en el conocimiento de Dios


que ha llegado hasta vosotros. Este evangelio está dando fruto y creciendo en todo el mundo, como también ha sucedido entre vosotros desde el día en que supisteis de la gracia de Dios y la comprendisteis plenamente.


Necesitáis perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, recibáis lo que él ha prometido.


Por eso es necesario que prestemos más atención a lo que hemos oído, no sea que perdamos el rumbo.


Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que seáis perfectos e íntegros, sin que os falte nada.


¿Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios? Si obedecemos sus mandamientos.