Así dice el Señor: «A vuestra madre, yo la repudié; ¿dónde está el acta de divorcio? ¿A cuál de mis acreedores os he vendido? Por causa de vuestras iniquidades, fuisteis vendidos; por vuestras transgresiones fue despedida vuestra madre.
Lucas 7:41 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 ―Dos hombres le debían dinero a cierto prestamista. Uno le debía quinientas monedas de plata, y el otro cincuenta. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Jesús le contó la siguiente historia: —Un hombre prestó dinero a dos personas, quinientas piezas de plata a una y cincuenta piezas a la otra. Biblia Católica (Latinoamericana) Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientas monedas y el otro cincuenta. La Biblia Textual 3a Edicion Cierto acreedor tenía dos deudores: el uno debía quinientos denarios, y el otro cincuenta. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Cierto prestamista tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios; y el otro, cincuenta. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Un acreedor tenía dos deudores; el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; |
Así dice el Señor: «A vuestra madre, yo la repudié; ¿dónde está el acta de divorcio? ¿A cuál de mis acreedores os he vendido? Por causa de vuestras iniquidades, fuisteis vendidos; por vuestras transgresiones fue despedida vuestra madre.
El Señor me dijo: «La apóstata Israel ha resultado ser más justa que la infiel Judá.
«Nuestro padre murió sin dejar hijos, pero no por haber participado en la rebelión de Coré contra el Señor. Murió en el desierto por su propio pecado.
»Al salir, aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros que le debía cien monedas de plata. Lo agarró por el cuello y comenzó a estrangularlo. “¡Págame lo que me debes!”, le exigió.
Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
―Dadles vosotros mismos de comer —contestó Jesús. ―¡Eso costaría casi un año de trabajo! —objetaron—. ¿Quieres que vayamos y gastemos todo ese dinero en pan para darles de comer?
Perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos ofenden. Y no nos metas en tentación”.
En cambio, el que no la conoce y hace algo que merezca castigo recibirá pocos golpes. A todo el que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho; y al que se le ha confiado mucho, se le pedirá aún más.
¿O pensáis que aquellos dieciocho que fueron aplastados por la torre de Siloé eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén?
Entonces Jesús le dijo a manera de respuesta: ―Simón, tengo algo que decirte. ―Dime, Maestro —respondió.
Por esto te digo: si ella ha amado mucho, es que sus muchos pecados le han sido perdonados. Pero a quien poco se le perdona, poco ama.
En lo que atañe a la ley, esta intervino para que aumentara la transgresión. Pero, allí donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia,