Lucas 6:48 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Se parece a un hombre que, al construir una casa, cavó hondo y puso el cimiento sobre la roca. De manera que, cuando vino una inundación, el torrente azotó aquella casa, pero no pudo ni siquiera hacerla tambalear porque estaba bien construida. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Biblia Nueva Traducción Viviente Es como una persona que, para construir una casa, cava hondo y echa los cimientos sobre roca sólida. Cuando suben las aguas de la inundación y golpean contra esa casa, esta queda intacta porque está bien construida. Biblia Católica (Latinoamericana) Se parece a un hombre que construyó una casa; cavó profundamente y puso los cimientos sobre la roca; vino una inundación y la corriente se precipitó sobre la casa, pero no pudo removerla porque estaba bien construida. La Biblia Textual 3a Edicion Es semejante a un hombre que edifica una casa, el cual excavó profundamente y puso el cimiento sobre la roca; y viniendo una inundación, el torrente embistió contra aquella casa pero no pudo sacudirla por estar bien edificada.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se parece a un hombre que, al ponerse a construir una casa, cavó y ahondó y puso los cimientos sobre la roca; cuando llegó la crecida, el torrente se precipitó contra aquella casa, pero no pudo derribarla, por estar bien construida. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Semejante es al hombre que edificó una casa, y cavó profundo, y puso el fundamento sobre una roca; y cuando creció la inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no pudo moverla; porque estaba fundada sobre la roca. |
¿Pues quién es Dios, si no el Señor? ¿Quién es la roca, si no nuestro Dios?
»Las olas de la muerte me envolvieron; los torrentes destructores me abrumaron.
El Dios de Israel habló, la Roca de Israel me dijo: “El que gobierne a la gente con justicia, el que gobierne en el temor de Dios,
Por eso los fieles te invocan en momentos de angustia; caudalosas aguas podrán desbordarse, pero a ellos no los alcanzarán.
Solo él es mi roca y mi salvación; él es mi protector. ¡Jamás habré de caer!
Venid, cantemos con júbilo al Señor; aclamemos a la roca de nuestra salvación.
Pasa la tormenta y desaparece el malvado, pero el justo permanece firme para siempre.
Por eso dice el Señor omnipotente: «¡Yo pongo en Sión una piedra probada!, piedra angular y preciosa para un cimiento firme; el que confíe no andará desorientado.
Desde el occidente temerán el nombre del Señor, y desde el oriente respetarán su gloria. Porque vendrá como un torrente caudaloso, impulsado por el soplo del Señor.
Pero destruirá a Nínive con una inundación arrasadora; ¡aun en las tinieblas perseguirá a sus enemigos!
Voy a deciros a quién se parece todo el que viene a mí, y oye mis palabras y las pone en práctica:
Pero el que oye mis palabras y no las pone en práctica se parece a un hombre que construyó una casa sobre tierra y sin cimientos. Tan pronto como la azotó el torrente, la casa se derrumbó, y el desastre fue terrible».
Yo os he dicho estas cosas para que en mí tengáis paz. En este mundo tendréis aflicciones, pero ¡tened ánimo! Yo he vencido al mundo.
fortaleciendo a los discípulos y animándolos a perseverar en la fe. «Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios», les decían.
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular.
»Jesurún engordó y pateó; se hartó de comida, y se puso corpulento y rollizo. Abandonó al Dios que le dio vida y rechazó a la Roca, su Salvador.
¡Desertaste de la Roca que te engendró! ¡Olvidaste al Dios que te dio vida!
A pesar de todo, el fundamento de Dios es sólido y se mantiene firme, pues está sellado con esta inscripción: «El Señor conoce a los suyos», y esta otra: «Que se aparte de la maldad todo el que invoca el nombre del Señor».
Por lo tanto, hermanos, esforzaos más todavía para consolidar el llamamiento de Dios, que fue quien os eligió. Si hacéis estas cosas, no caeréis jamás
Y ahora, queridos hijos, permanezcamos en él para que, cuando se manifieste, podamos presentarnos ante él confiadamente, seguros de no ser avergonzados en su venida.
¡Al único Dios, nuestro Salvador, que puede guardaros para que no caigáis y presentaros sin tacha y con gran alegría ante su gloriosa presencia,
»Nadie es santo como el Señor; no hay roca como nuestro Dios. ¡No hay nadie como él!