Hay un mal en todo lo que se hace en esta vida: que todos tienen un mismo final. Además, el corazón del hombre rebosa de maldad; la locura está en su corazón toda su vida, y su fin está entre los muertos.
Lucas 6:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Pero ellos se enfurecieron y comenzaron a discutir qué podrían hacer contra Jesús. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y ellos se llenaron de furor, y hablaban entre sí qué podrían hacer contra Jesús. Biblia Nueva Traducción Viviente Al ver esto, los enemigos de Jesús se llenaron de rabia y comenzaron a discutir para decidir qué harían con él. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero ellos se llenaron de rabia y comenzaron a discutir entre sí qué podrían hacer contra Jesús. La Biblia Textual 3a Edicion Pero ellos se llenaron° de ira, y discutían unos con otros lo que pudieran hacer a Jesús. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero ellos, llenos de rencor, discutían entre sí qué podrían hacer contra Jesús. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y ellos se llenaron de ira; y hablaban entre sí de qué podrían hacer a Jesús. |
Hay un mal en todo lo que se hace en esta vida: que todos tienen un mismo final. Además, el corazón del hombre rebosa de maldad; la locura está en su corazón toda su vida, y su fin está entre los muertos.
Cuando los jefes de los sacerdotes y los fariseos oyeron las parábolas de Jesús, se dieron cuenta de que hablaba de ellos.
Jesús se quedó mirando a todos los que lo rodeaban, y dijo al hombre: ―Extiende la mano. Así lo hizo, y la mano quedó restablecida.
Por aquel tiempo se fue Jesús a la montaña a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios.
Entonces los jefes de los sacerdotes y los fariseos convocaron una reunión del Consejo. ―¿Qué vamos a hacer? —dijeron—. Este hombre está haciendo muchas señales milagrosas.
Algún tiempo después, Jesús andaba por Galilea. No tenía ningún interés en ir a Judea, porque allí los judíos buscaban la oportunidad para matarlo.
Muchas veces anduve de sinagoga en sinagoga castigándolos para obligarlos a blasfemar. Mi obsesión contra ellos me llevaba al extremo de perseguirlos incluso en ciudades del extranjero.
Así que les mandaron que se retiraran del Consejo, y se pusieron a deliberar entre sí:
Pero Pedro y Juan replicaron: ―¿Es justo delante de Dios obedeceros a vosotros en vez de obedecerlo a él? ¡Juzgadlo vosotros mismos!
A los que oyeron esto se les subió la sangre a la cabeza y querían matarlos.
Pero no llegarán muy lejos, porque todo el mundo se dará cuenta de su insensatez, como pasó con aquellos dos.