Lucas 3:14 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 ―Y nosotros, ¿qué debemos hacer? —le preguntaron unos soldados. ―No extorsionéis a nadie ni hagáis denuncias falsas; más bien, conformaos con lo que os pagan. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario. Biblia Nueva Traducción Viviente —¿Qué debemos hacer nosotros? —preguntaron algunos soldados. Juan les contestó: —No extorsionen ni hagan falsas acusaciones, y estén satisfechos con su salario. Biblia Católica (Latinoamericana) A su vez, unos soldados le preguntaron: 'Y nosotros, ¿qué debemos hacer?' Juan les contestó: 'No abusen de la gente, no hagan denuncias falsas y conténtense con su sueldo. La Biblia Textual 3a Edicion Le preguntaron también los soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué hemos de hacer? Y les dijo: A nadie atraquéis° ni extorsionéis, sino contentaos con vuestra paga. Biblia Serafín de Ausejo 1975 También unos soldados le preguntaban: 'Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer?'. Y les respondió: 'No hagáis extorsión a nadie ni lo denunciéis falsamente, sino contentaos con vuestra paga'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y le preguntaron también los soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dice: No hagáis extorsión a nadie ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario. |
»No divulgues informes falsos. »No te hagas cómplice del malvado ni apoyes los testimonios del violento.
Pero Zaqueo dijo resueltamente: ―Mira, Señor: Ahora mismo voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes y, si en algo he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces la cantidad que sea.
Después de que se fuera el ángel que le había hablado, Cornelio llamó a dos de sus siervos y a un soldado devoto de los que le servían regularmente.
para que seáis intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella brilláis como estrellas en el firmamento,
No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre.
A las ancianas, enséñalas que sean reverentes en su conducta, y no calumniadoras ni adictas al mucho vino. Deben enseñar lo bueno
Luego oí en el cielo un gran clamor: «Han llegado ya la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios; ha llegado ya la autoridad de su Cristo. Porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios.