El hombre reconocerá públicamente: “He pecado, he pervertido la justicia, pero no recibí mi merecido.
Lucas 22:61 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 El Señor se volvió y miró directamente a Pedro. Entonces Pedro se acordó de lo que el Señor le había dicho: «Hoy mismo, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces». Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Biblia Nueva Traducción Viviente En ese momento, el Señor se volvió y miró a Pedro. De repente, las palabras del Señor pasaron rápidamente por la mente de Pedro: «Mañana por la mañana, antes de que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces». Biblia Católica (Latinoamericana) El Señor se volvió y fijó la mirada en Pedro. Y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: 'Antes de que cante hoy el gallo, me habrás negado tres veces. La Biblia Textual 3a Edicion Y volviéndose el Señor, miró a Pedro, y Pedro se acordó de la palabra del Señor, tal como le había dicho:° Antes que el gallo cante hoy, me negarás tres veces. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y volviéndose el Señor, dirigió una mirada a Pedro. Pedro se acordó entonces de la palabra que el Señor le había dicho: 'Antes que el gallo cante hoy, tú me habrás negado tres veces'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor como le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. |
El hombre reconocerá públicamente: “He pecado, he pervertido la justicia, pero no recibí mi merecido.
Cuando yo te perdone por todo lo que has hecho, tú te acordarás de tu maldad y te avergonzarás, y en tu humillación no volverás a jactarte. Lo afirma el Señor omnipotente”».
»¿Cómo podría yo entregarte, Efraín? ¿Cómo podría abandonarte, Israel? ¡Yo no podría entregarte como entregué a Admá! ¡Yo no podría abandonarte como a Zeboyín! Dentro de mí, el corazón me da vuelcos, y se me conmueven las entrañas.
―Te aseguro —le contestó Jesús— que esta misma noche, antes de que cante el gallo, me negarás tres veces.
Entonces Pedro se acordó de lo que Jesús había dicho: «Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces». Y saliendo de allí, lloró amargamente.
Al momento también Jesús se dio cuenta de que de él había salido poder, así que se volvió hacia la gente y preguntó: ―¿Quién me ha tocado la ropa?
―Marta, Marta —le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas,
―Pedro, te digo que hoy mismo, antes de que cante el gallo, tres veces negarás que me conoces.
―¡Hombre, no sé de qué estás hablando! —replicó Pedro. En el mismo momento en que dijo eso, cantó el gallo.
y los envió al Señor a preguntarle: ―¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?
―¿Darás tú la vida por mí? ¡De veras te aseguro que, antes de que cante el gallo, me negarás tres veces!
Por su poder, Dios lo exaltó como Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.
Por lo tanto, recordad, gentiles de nacimiento —los que sois llamados «incircuncisos» por aquellos que se llaman «de la circuncisión», la cual se hace en el cuerpo por mano humana—,
¡Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio. Si no te arrepientes, iré y quitaré de su lugar tu candelabro.