Y los bendijo con estas palabras: «Que el Dios en cuya presencia caminaron mis padres, Abraham e Isaac, el Dios que me ha guiado desde el día en que nací hasta hoy,
Lucas 22:35 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Luego Jesús dijo a todos: ―Cuando os envié sin monedero ni bolsa ni sandalias, ¿acaso os faltó algo? ―Nada —respondieron. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y a ellos dijo: Cuando os envié sin bolsa, sin alforja, y sin calzado, ¿os faltó algo? Ellos dijeron: Nada. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Jesús les preguntó: —Cuando los envié a predicar la Buena Noticia y no tenían dinero ni bolso de viaje ni otro par de sandalias, ¿les faltó algo? —No —respondieron ellos. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús también les dijo: 'Cuando les envié sin cartera ni equipaje ni calzado, ¿les faltó algo?' Ellos contestaron: 'Nada. La Biblia Textual 3a Edicion Y les dijo: Cuando os envié sin bolsa ni alforja ni sandalias,° ¿os faltó algo? Y ellos dijeron: Nada. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Después les dijo: 'Cuando os envié sin bolsa ni alforja ni sandalias, ¿acaso llegó a faltaros algo?'. Ellos respondieron: 'Nada'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y a ellos dijo: Cuando os envié sin bolsa, y sin alforja, y sin zapatos, ¿os faltó algo? Y ellos dijeron: Nada. |
Y los bendijo con estas palabras: «Que el Dios en cuya presencia caminaron mis padres, Abraham e Isaac, el Dios que me ha guiado desde el día en que nací hasta hoy,
―¿Y por qué quieres regresar a tu país? —le preguntó el faraón—. ¿Acaso te falta algo aquí? ―No —respondió Hadad—, ¡pero de todos modos déjame ir!
Confía en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel.
No llevéis monedero ni bolsa ni sandalias; ni os detengáis a saludar a nadie por el camino.
―Pedro, te digo que hoy mismo, antes de que cante el gallo, tres veces negarás que me conoces.
―Ahora, en cambio, el que tenga un monedero, que lo lleve; así mismo el que tenga una bolsa. Y el que nada tenga, que venda su manto y compre una espada.
«No llevéis nada para el camino: ni bastón, ni bolsa, ni pan, ni dinero, ni dos mudas de ropa —les dijo—.
como está escrito: «Ni al que recogió mucho le sobraba, ni al que recogió poco le faltaba».
en el desierto te alimentó con maná, comida que jamás conocieron tus antepasados. Así te humilló y te puso a prueba, para que a fin de cuentas te fuera bien.