Entonces, ¿qué fuisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta.
Lucas 20:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Pero, si decimos: “De la tierra”, todo el pueblo nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era un profeta». Así que le respondieron: Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y si decimos, de los hombres, todo el pueblo nos apedreará; porque están persuadidos de que Juan era profeta. Biblia Nueva Traducción Viviente pero si decimos que era meramente humana, la gente nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era un profeta». Biblia Católica (Latinoamericana) Y si respondemos que era cosa de hombres, todo el pueblo nos apedreará, pues está convencido de que Juan era un profeta. La Biblia Textual 3a Edicion Y si decimos, de los hombres, todo el pueblo nos apedreará, porque están persuadidos de que Juan era° profeta. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero si respondemos 'de los hombres', todo el pueblo nos va a apedrear; porque están convencidos de que Juan era un profeta'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y si decimos: De los hombres, todo el pueblo nos apedreará; porque están convencidos de que Juan era profeta. |
Entonces, ¿qué fuisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta.
Herodes quería matarlo, pero le tenía miedo a la gente, porque consideraban a Juan como un profeta.
Pero, si decimos: “De la tierra”… tememos al pueblo, porque todos consideran que Juan era un profeta». Así que le respondieron a Jesús:
Buscaban la manera de arrestarlo, pero temían a la gente, porque esta lo consideraba un profeta.
Cayendo en la cuenta de que la parábola iba dirigida contra ellos, buscaban la manera de arrestarlo. Pero temían a la multitud; así que lo dejaron y se fueron.
»Y tú, hijito mío, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor para prepararle el camino.
Ellos, pues, lo discutieron entre sí: «Si respondemos: “Del cielo”, nos dirá: “¿Por qué no le creísteis?”
Pero los fariseos y los expertos en la ley no se hicieron bautizar por Juan, rechazando así el propósito de Dios respecto a ellos.
Mucha gente acudía a él, y decía: «Aunque Juan nunca hizo ninguna señal milagrosa, todo lo que dijo acerca de este hombre era verdad».
Fue entonces el capitán con sus guardias y trajo a los apóstoles sin recurrir a la fuerza, porque temían ser apedreados por la gente.