Pero tú me sacaste del vientre materno; me hiciste reposar confiado en el regazo de mi madre.
Lucas 2:40 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 El niño crecía y se fortalecía; progresaba en sabiduría, y la gracia de Dios lo acompañaba. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él. Biblia Nueva Traducción Viviente Allí el niño crecía sano y fuerte. Estaba lleno de sabiduría, y el favor de Dios estaba sobre él. Biblia Católica (Latinoamericana) El niño crecía y se desarrollaba lleno de sabiduría, y la gracia de Dios permanecía con él. La Biblia Textual 3a Edicion Y el niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría, y la gracia de Dios estaba sobre Él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El niño crecía, se fortalecía y se llenaba de sabiduría. Y la gracia de Dios residía en él. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre Él. |
Pero tú me sacaste del vientre materno; me hiciste reposar confiado en el regazo de mi madre.
Tú eres el más apuesto de los hombres; tus labios son fuente de elocuencia, ya que Dios te ha bendecido para siempre.
El niño crecía y se fortalecía en espíritu; y vivió en el desierto hasta el día en que se presentó públicamente al pueblo de Israel.
Todos los que le oían se asombraban de su inteligencia y de sus respuestas.
Jesús siguió creciendo en sabiduría y estatura, y cada vez más gozaba del favor de Dios y de toda la gente.
Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Los apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos,
Así que tú, hijo mío, fortalécete por la gracia que tenemos en Cristo Jesús.
La mujer dio a luz un niño y lo llamó Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo.
El niño Samuel, por su parte, vestido con un efod de lino, seguía sirviendo en la presencia del Señor.
El Señor bendijo a Ana, de manera que ella concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas. Durante ese tiempo, Samuel crecía en la presencia del Señor.
Por su parte, el niño Samuel seguía creciendo y ganándose el aprecio del Señor y de la gente.
Mientras Samuel crecía, el Señor estuvo con él y cumplió todo lo que le había dicho.