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Lucas 19:41 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Cuando se acercaba a Jerusalén, Jesús vio la ciudad y lloró por ella.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Al acercarse a Jerusalén, Jesús vio la ciudad delante de él y comenzó a llorar, diciendo:

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Al acercarse y ver la ciudad, lloró por ella,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y cuando llegó cerca y vio la ciudad, lloró sobre ella,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando se acercó, al contemplar la ciudad, lloró por ella,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,

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Lucas 19:41
14 Referans Kwoze  

Luego Eliseo se quedó mirándolo fijamente, hasta que Jazael se sintió incómodo. Entonces el hombre de Dios se echó a llorar.


Ríos de lágrimas brotan de mis ojos, porque tu ley no se obedece.


Miro a esos renegados y me dan náuseas, porque no cumplen tus palabras.


Me llenan de indignación los impíos, que han abandonado tu ley.


Por eso dije: «Apartaos de mí; voy a llorar amargamente. No insistáis en consolarme: ¡la hija de mi pueblo ha sido destruida!»


Sí, el Señor se levantará como en el monte Perasín, se moverá como en el valle de Gabaón; para llevar a cabo su extraña obra, para realizar su insólita tarea.


Pero, si no obedecéis, lloraré en secreto a causa de vuestro orgullo; mis ojos llorarán amargamente y se desharán en lágrimas, porque el rebaño del Señor será llevado al cautiverio.


Pero yo no me he apresurado a abandonarte y dejar de ser tu pastor, ni he deseado que venga el día de la calamidad. Tú bien sabes lo que he dicho, pues lo dije en tu presencia.


¡Ojalá mi cabeza fuera un manantial, y mis ojos una fuente de lágrimas, para llorar de día y de noche por los muertos de mi pueblo!


»¿Cómo podría yo entregarte, Efraín? ¿Cómo podría abandonarte, Israel? ¡Yo no podría entregarte como entregué a Admá! ¡Yo no podría abandonarte como a Zeboyín! Dentro de mí, el corazón me da vuelcos, y se me conmueven las entrañas.


Dijo: ―¡Cómo quisiera que hoy supieras lo que te puede traer paz! Pero eso ahora está oculto a tus ojos.