Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a los que me arrancaban la barba; ante las burlas y los escupitajos no escondí mi rostro.
Lucas 18:32 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 En efecto, será entregado a los gentiles. Se burlarán de él, lo insultarán, le escupirán; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido. Biblia Nueva Traducción Viviente Será entregado a los romanos, y se burlarán de él, lo tratarán de manera vergonzosa y lo escupirán. Biblia Católica (Latinoamericana) será entregado al poder extranjero; será burlado, maltratado y escupido;' La Biblia Textual 3a Edicion Porque será entregado a los gentiles, y será escarnecido° y afrentado, y escupido; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque será entregado a los gentiles, y se verá burlado, insultado y escupido; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque será entregado a los gentiles, y será escarnecido, e injuriado, y escupido. |
Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a los que me arrancaban la barba; ante las burlas y los escupitajos no escondí mi rostro.
Muchos se asombraron de él, pues tenía desfigurado el semblante; ¡nada de humano tenía su aspecto!
Despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, hecho para el sufrimiento. Todos evitaban mirarlo; fue despreciado, y no lo estimamos.
Reagrupa tus tropas, ciudad guerrera, porque nos asedian. Con vara golpearán en la mejilla al gobernante de Israel.
Desde entonces comenzó Jesús a advertir a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas a manos de los ancianos, de los jefes de los sacerdotes y de los maestros de la ley, y que era necesario que lo mataran y que al tercer día resucitara.
y lo entregarán a los gentiles para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen. Pero al tercer día resucitará».
Entonces algunos le escupieron en el rostro y le dieron puñetazos. Otros lo abofeteaban
Algunos comenzaron a escupirle; le vendaron los ojos y le daban puñetazos. ―¡Profetiza! —le gritaban. Los guardias también le daban bofetadas.
Tan pronto como amaneció, los jefes de los sacerdotes, con los ancianos, los maestros de la ley y el Consejo en pleno, llegaron a una decisión. Ataron a Jesús, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato.
Entonces Herodes y sus soldados, con desprecio y burlas, le pusieron un manto lujoso y lo mandaron de vuelta a Pilato.
La gente, por su parte, se quedó allí observando, y aun los gobernantes estaban burlándose de él. ―Salvó a otros —decían—; que se salve a sí mismo si es el Cristo de Dios, el Escogido.
Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaba allí cerca le dio una bofetada y le dijo: ―¿Así contestas al sumo sacerdote?
Luego los judíos llevaron a Jesús de la casa de Caifás al palacio del gobernador romano. Como ya amanecía, los judíos no entraron en el palacio, pues de hacerlo se contaminarían ritualmente y no podrían comer la Pascua.
Esto sucedió para que se cumpliera lo que Jesús había dicho, al indicar la clase de muerte que iba a sufrir.
―¿Acaso soy judío? —replicó Pilato—. Han sido tu propio pueblo y los jefes de los sacerdotes los que te entregaron a mí. ¿Qué has hecho?
Este fue entregado según el determinado propósito y el previo conocimiento de Dios; y, por medio de gente malvada, vosotros lo matasteis, clavándolo en la cruz.
El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha glorificado a su siervo Jesús. Vosotros lo entregasteis y lo rechazasteis ante Pilato, aunque este había decidido soltarlo.