Al leer la carta, el rey de Israel se rasgó las vestiduras y exclamó: «¿Y acaso soy Dios, capaz de dar vida o muerte, para que venga alguien y me pida sanar a un leproso? ¡Fijaos bien cómo me está buscando pleito!»
Lucas 11:54 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Estaban tendiéndole trampas para ver si fallaba en algo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 acechándole, y procurando cazar alguna palabra de su boca para acusarle. Biblia Nueva Traducción Viviente Querían tenderle una trampa para que dijera algo que pudieran usar en su contra. Biblia Católica (Latinoamericana) Le pedían su parecer sobre un montón de cosas y le ponían trampas para sorprenderlo en alguna de sus respuestas. La Biblia Textual 3a Edicion tendiéndole lazos para cazar algo de su boca. Biblia Serafín de Ausejo 1975 tendiéndole trampas para cazarlo en alguna palabra salida de su boca. Biblia Reina Valera Gómez (2023) acechándole, y procurando cazar alguna palabra de su boca para acusarle. |
Al leer la carta, el rey de Israel se rasgó las vestiduras y exclamó: «¿Y acaso soy Dios, capaz de dar vida o muerte, para que venga alguien y me pida sanar a un leproso? ¡Fijaos bien cómo me está buscando pleito!»
Entonces salieron los fariseos y tramaron cómo tenderle a Jesús una trampa con sus mismas palabras.
Conociendo sus malas intenciones, Jesús replicó: ―¡Hipócritas! ¿Por qué me tendéis trampas?
Luego enviaron a Jesús algunos de los fariseos y de los herodianos para tenderle una trampa con sus mismas palabras.
Algunos que buscaban un motivo para acusar a Jesús no le quitaban la vista de encima para ver si sanaba al enfermo en sábado.
Cuando Jesús salió de allí, los maestros de la ley y los fariseos, resentidos, se pusieron a acosarlo a preguntas.
Entonces, para acecharlo, enviaron espías que fingían ser gente honorable. Pensaban atrapar a Jesús en algo que él dijera, y así poder entregarlo a la jurisdicción del gobernador.
No pudieron atraparlo en lo que decía en público. Así que, admirados de su respuesta, se callaron.
No te dejes convencer, porque más de cuarenta de ellos lo esperan emboscados. Han jurado bajo maldición no comer ni beber hasta que hayan logrado matarlo. Ya están listos; solo aguardan a que tú les concedas su petición.