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Levítico 23:28 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

En ese día no haréis ningún tipo de trabajo, porque es el día del Perdón, cuando se hace expiación por vosotros ante el Señor vuestro Dios.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

No hagas ningún trabajo durante todo el día porque es el Día del Perdón, cuando se presentan ofrendas de purificación por ti, para hacerte justo ante el Señor tu Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

No harán ningún trabajo porque ése es el día del Perdón, en que se hace la expiación por ustedes delante de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Ningún trabajo haréis en ese mismo día, porque es un día de expiaciones, para hacer expiación por vosotros en presencia de YHVH, vuestro Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

No haréis en ese día ningún trabajo, porque es día de expiación, durante el cual se hace la expiación por vosotros delante de Yahveh, Dios vuestro.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Ninguna obra haréis en este mismo día; porque es el día de la expiación, para hacer expiación por vosotros delante de Jehová vuestro Dios.

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Lòt tradiksyon



Levítico 23:28
15 Referans Kwoze  

Pero el Señor quiso quebrantarlo y hacerlo sufrir, y, como él ofreció su vida en expiación, verá su descendencia y prolongará sus días, y llevará a cabo la voluntad del Señor.


»”Setenta semanas han sido decretadas para que tu pueblo y tu santa ciudad pongan fin a sus transgresiones y pecados, pidan perdón por su maldad, establezcan para siempre la justicia, sellen la visión y la profecía, y consagren el lugar santísimo.


En dicho día se hará propiciación por vosotros para purificaros, y delante del Señor seréis purificados de todos vuestros pecados.


y hará propiciación por el lugar santísimo, por la Tienda de reunión y por el altar. También hará propiciación por los sacerdotes y por toda la comunidad allí reunida.


»Este os será un estatuto perpetuo: Una vez al año se deberá hacer propiciación por todos los israelitas a causa de todos sus pecados». Y se hizo tal como el Señor se lo había mandado a Moisés.


«El día diez del mes séptimo es el día del Perdón. Celebraréis una fiesta solemne en honor al Señor, y ayunaréis y le presentaréis ofrendas por fuego.


¡Mira, Josué, la piedra que ante ti he puesto! Hay en ella siete ojos, y en ella pondré una inscripción. ¡En un solo día borraré el pecado de esta tierra! —afirma el Señor Todopoderoso—.


Y en virtud de esa voluntad somos santificados mediante el sacrificio del cuerpo de Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre.


Porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos para siempre a los que está santificando.


entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo. No lo hizo con sangre de machos cabríos y becerros, sino con su propia sangre, logrando así un rescate eterno.


Si así fuera, Cristo habría tenido que sufrir muchas veces desde la creación del mundo. Al contrario, ahora, al final de los tiempos, se ha presentado una sola vez y para siempre a fin de acabar con el pecado mediante el sacrificio de sí mismo.


Él es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino por los de todo el mundo.


En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados.


Este es el que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no solo mediante agua, sino mediante agua y sangre. El Espíritu es quien da testimonio de esto, porque el Espíritu es la verdad.