Se pone al acecho en las aldeas, se esconde en espera de sus víctimas, y asesina a mansalva al inocente.
Jueces 9:25 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Los señores de Siquén le tendían emboscadas en las cumbres de las colinas, y asaltaban a todos los que pasaban por allí. Pero Abimélec se enteró de todo esto. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y los de Siquem pusieron en las cumbres de los montes asechadores que robaban a todos los que pasaban junto a ellos por el camino; de lo cual fue dado aviso a Abimelec. Biblia Nueva Traducción Viviente Los ciudadanos de Siquem le tendieron una emboscada a Abimelec en las cumbres de las colinas y robaban a todo el que pasara por allí. Pero alguien alertó a Abimelec acerca de la conspiración. Biblia Católica (Latinoamericana) Para perjudicarlo, la gente de Siquem preparaba emboscadas en los desfiladeros de la montaña, de hombres que asaltaban a todos los que pasaban por allí cerca; se lo contaron a Abimelec. La Biblia Textual 3a Edicion Para esto los vecinos de Siquem colocaron en las cumbres de los montes gente emboscada, que saqueaba a cuantos pasaban junto a ellos por el camino, de lo cual se dio aviso a Abimelec. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los principales de Siquén pusieron emboscadas en las cimas de los montes para desvalijar a cuantos pasaban junto a su camino. De ello se dio aviso a Abimélec. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los de Siquem le pusieron acechadores en las cumbres de las montañas, los cuales robaban a todos los que pasaban junto a ellos por el camino; y se lo hicieron saber a Abimelec. |
Se pone al acecho en las aldeas, se esconde en espera de sus víctimas, y asesina a mansalva al inocente.
con estas órdenes: «Pondréis una emboscada en la parte posterior de la ciudad. No os alejéis mucho de ella, y manteneos en vuestras posiciones.
Esto sucedió a fin de que la violencia contra los setenta hijos de Yerubaal, y el derramamiento de su sangre, recayera sobre su hermano Abimélec, que los había matado, y sobre los señores de Siquén, que habían sido sus cómplices en ese crimen.
Aconteció que Gaal hijo de Ébed llegó a Siquén, junto con sus hermanos, y los señores de aquella ciudad confiaron en él.