para que se cumpla en ellos la sentencia escrita. ¡Esta será la gloria de todos sus fieles! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!
Jueces 8:20 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Volviéndose a Jéter, su hijo mayor, le dijo: ―¡Vamos, mátalos! Pero Jéter no sacó su espada, porque era apenas un muchacho y tenía miedo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y dijo a Jeter su primogénito: Levántate, y mátalos. Pero el joven no desenvainó su espada, porque tenía temor, pues era aún muchacho. Biblia Nueva Traducción Viviente Volviéndose a Jeter, su hijo mayor, le dijo: —¡Mátalos! Pero Jeter no sacó la espada, porque era apenas un muchacho y tenía miedo. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces ordenó a Jeter, su hijo mayor: '¡Anda y mátalos!' Pero el joven no sacó su espada porque tenía miedo, pues era muy joven. La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo a Jéter su primogénito: ¡Levántate y mátalos! Pero el joven no desenvainó su espada, pues tuvo temor, porque aún era muchacho. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y dijo a Yéter, su primogénito: 'Anda, mátalos'. Pero el joven no se atrevió a desenvainar la espada, porque, como era todavía un niño, tenía miedo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo a Jeter su primogénito: Levántate, y mátalos. Mas el joven no desenvainó su espada, porque tenía temor; pues aún era muchacho. |
para que se cumpla en ellos la sentencia escrita. ¡Esta será la gloria de todos sus fieles! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!
Cuando se los trajeron, Josué convocó a todo el ejército israelita y les ordenó a todos los comandantes que lo habían acompañado: «Acercaos y pisadles el cuello a estos reyes». Los comandantes obedecieron al instante.
―¡Eran mis hermanos —replicó Gedeón—, los hijos de mi propia madre! Tan cierto como que vive el Señor, si les hubierais perdonado la vida, yo no os mataría a vosotros.
Zeba y Zalmuna dijeron: ―Vamos, mátanos tú mismo. “¡Al hombre se le conoce por su valentía!” Gedeón se levantó y mató a Zeba y Zalmuna, y les quitó a sus camellos los adornos que llevaban en el cuello.
Pero Samuel le dijo: ―Ya que tu espada dejó a tantas mujeres sin hijos, también sin su hijo se quedará tu madre. Y allí en Guilgal, en presencia del Señor, Samuel descuartizó a Agag.