¿Acaso no están bajo tu protección él y su familia y todas sus posesiones? De tal modo has bendecido la obra de sus manos que sus rebaños y ganados llenan toda la tierra.
Jueces 7:14 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Su amigo le respondió: ―Esto no significa otra cosa que la espada del israelita Gedeón hijo de Joás. ¡Dios ha entregado en sus manos a los madianitas y a todo el campamento! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y su compañero respondió y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento. Biblia Nueva Traducción Viviente Su compañero le respondió: —Tu sueño solo puede significar una cosa: ¡Dios le ha dado a Gedeón, hijo de Joás, el israelita, la victoria sobre Madián y todos sus aliados! Biblia Católica (Latinoamericana) Su compañero le respondió: 'Eso no puede ser otra cosa que la espada de Gedeón, hijo de Joás, el israelita. Ciertamente Dios puso todo el campamento de Madián en sus manos'. La Biblia Textual 3a Edicion Y su compañero respondió, y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón ben Joás, varón de Israel. Ha-’Elohim ha entregado en su mano a Madián y a todo el campamento. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respondió su compañero: 'Esto no es otra cosa que la espada de Gedeón, hijo de Yoás, el israelita; Dios ha entregado en sus manos a Madián y todo el campamento'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y su compañero respondió, y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel: Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento. |
¿Acaso no están bajo tu protección él y su familia y todas sus posesiones? De tal modo has bendecido la obra de sus manos que sus rebaños y ganados llenan toda la tierra.
―¡Bueno, ya estoy aquí! —contestó Balán—. Solo que no podré decir nada que Dios no ponga en mi boca.
Se me ha ordenado bendecir y, si eso es lo que Dios quiere, yo no puedo hacer otra cosa.
Entonces el Señor puso su palabra en boca de Balán, y le dijo: ―Vuelve adonde está Balac, y repítele lo que te voy a decir.
«El Señor ha entregado todo el país en nuestras manos. ¡Todos sus habitantes tiemblan de miedo ante nosotros!»
y les dijo: ―Yo sé que el Señor os ha dado esta tierra, y por eso estamos aterrorizados; todos los habitantes del país están muertos de miedo ante vosotros.
En efecto, un gran pánico invadió a todos los reyes amorreos que estaban al oeste del Jordán y a los reyes cananeos de la costa del Mediterráneo cuando se enteraron de que el Señor había secado el Jordán para que los israelitas lo cruzaran. ¡No se atrevían a hacerles frente!
«Seguidme —les ordenó—, porque el Señor ha entregado en vuestras manos a vuestros enemigos los moabitas». Bajaron con él y, tomando posesión de los vados del Jordán que conducían a Moab, no dejaron pasar a nadie.
Gedeón llegó precisamente en el momento en que un hombre le contaba su sueño a un amigo. ―Tuve un sueño —decía—, en el que un pan de cebada llegaba rodando al campamento madianita, y con tal fuerza golpeaba una tienda que esta se doblaba y se venía abajo.
Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, se postró en adoración. Luego volvió al campamento de Israel y ordenó: «¡Levantaos! El Señor ha entregado en vuestras manos el campamento madianita».
Entonces los soldados de la guarnición les gritaron a Jonatán y a su escudero: ―¡Venid acá! Tenemos algo que deciros. ―Ven conmigo —le dijo Jonatán a su escudero—, porque el Señor le ha dado la victoria a Israel.