«Ve a decirle a David: “Así dice el Señor: ‘Te doy a escoger entre estos tres castigos; dime cuál de ellos quieres que te imponga’ ”».
Jueces 3:20 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Entonces Aod se acercó al rey, que estaba sentado solo en la habitación del piso superior de su palacio de verano, y le dijo: ―Tengo un mensaje de Dios para ti. Cuando el rey se levantó de su trono, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y se le acercó Aod, estando él sentado solo en su sala de verano. Y Aod dijo: Tengo palabra de Dios para ti. Él entonces se levantó de la silla. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que Aod se acercó a Eglón, quien estaba sentado solo en una habitación fresca de la planta alta, y le dijo: «¡Tengo un mensaje de Dios para usted!». Cuando el rey Eglón se levantó de su asiento, Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces Ehud se acercó a él, mientras estaba sentado en la pieza alta, tomando el fresco en sus departamentos privados. Ehud dijo: 'Es un mensaje de Dios que tengo para ti'. Entonces el rey se levantó de su silla. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Aod fue a él estando sentado solo en su sala de verano. Y Aod dijo: Tengo palabra de Dios para ti. Y él se levantó del trono. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces Ehúd se dirigió hacia él, que estaba sentado en la cámara alta, fresca, reservada exclusivamente para él. Ehúd le dijo: 'Tengo para ti un mensaje de parte de Dios'. El rey se levantó de su asiento. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y se acercó Aod a él, el cual estaba sentado solo en una sala de verano. Y Aod dijo: Tengo palabra de Dios para ti. Él entonces se levantó de su silla. |
«Ve a decirle a David: “Así dice el Señor: ‘Te doy a escoger entre estos tres castigos; dime cuál de ellos quieres que te imponga’ ”».
Esdras, a quien la gente podía ver porque él estaba en un lugar más alto, abrió el libro y todo el pueblo se puso de pie.
Tributad al Señor, seres celestiales, tributad al Señor la gloria y el poder.
¿Quién no te temerá, Rey de las naciones? ¡Es lo que te corresponde! Entre todos los sabios de las naciones, y entre todos los reinos, no hay nadie como tú.
Era el mes noveno, y por eso el rey estaba en su casa de invierno, sentado junto a un brasero encendido.
Derribaré tanto la casa de invierno como la de verano; serán destruidas las casas adornadas de marfil y serán demolidas muchas mansiones», afirma el Señor.
Tribu y asamblea de la ciudad, escuchad la voz del Señor, que os convoca, pues es de sabios temer su nombre.
Entonces Balán pronunció su oráculo: «Levántate, Balac, y escucha; óyeme, hijo de Zipor.
Pero luego regresó desde las canteras que estaban cerca de Guilgal, y dijo: ―Oh rey, tengo un mensaje secreto para ti. ―¡Silencio! —ordenó el rey. Y todos sus servidores se retiraron de su presencia.
Aod extendió la mano izquierda, sacó el puñal que llevaba en el muslo derecho y se lo clavó al rey en el vientre.