Sin embargo, cuando los príncipes de Babilonia enviaron una embajada para investigar acerca de la señal extraordinaria que había tenido lugar en el país, Dios se retiró de Ezequías para probarlo y descubrir todo lo que había en su corazón.
Jueces 3:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Las siguientes naciones son las que el Señor dejó a salvo para poner a prueba a todos los israelitas que no habían participado en ninguna de las guerras de Canaán. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Estas, pues, son las naciones que dejó Jehová para probar con ellas a Israel, a todos aquellos que no habían conocido todas las guerras de Canaán; Biblia Nueva Traducción Viviente El Señor dejó a ciertas naciones en la tierra para poner a prueba a los israelitas que no habían conocido las guerras de Canaán. Biblia Católica (Latinoamericana) Estas fueron las naciones que Yavé dejó en paz para probar a Israel, es decir, a los israelitas que no habían conocido las guerras de Canaán. La Biblia Textual 3a Edicion Estas son pues las naciones que YHVH dejó para probar con ellas a los israelitas que no habían conocido todas las guerras de Canaán Biblia Serafín de Ausejo 1975 Éstos son los pueblos que dejó en paz Yahveh para probar por su medio a Israel y a cuantos no habían conocido las guerras de Canaán, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y estas son las naciones que Jehová dejó para probar con ellas a Israel, a todos aquellos que no habían conocido todas las guerras de Canaán; |
Sin embargo, cuando los príncipes de Babilonia enviaron una embajada para investigar acerca de la señal extraordinaria que había tenido lugar en el país, Dios se retiró de Ezequías para probarlo y descubrir todo lo que había en su corazón.
Él, en cambio, conoce mis caminos; si me pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro.
Moisés clamó al Señor, y él le mostró un pedazo de madera, el cual echó Moisés al agua, y al instante el agua se volvió dulce. En ese lugar el Señor los puso a prueba y les dio una ley como norma de conducta.
En el crisol se prueba la plata y en el horno se prueba el oro, pero al corazón lo prueba el Señor.
«Te he puesto entre mi pueblo como vigía y atalaya, para que escudriñes y examines su conducta.
Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego; la refinaré como se refina la plata, la probaré como se prueba el oro. Entonces ellos me invocarán y yo les responderé. Yo diré: “Ellos son mi pueblo”, y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.
El Señor tu Dios expulsará a las naciones que te salgan al paso, pero lo hará poco a poco. No las eliminarás a todas de una sola vez, para que los animales salvajes no se multipliquen ni invadan tu territorio.
en el desierto te alimentó con maná, comida que jamás conocieron tus antepasados. Así te humilló y te puso a prueba, para que a fin de cuentas te fuera bien.
Recuerda que durante cuarenta años el Señor tu Dios te llevó por todo el camino del desierto, y te humilló y te puso a prueba para conocer lo que había en tu corazón y ver si cumplirías o no sus mandamientos.
El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también vuestra fe, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele.
Queridos hermanos, no os extrañéis del fuego de la prueba que estáis soportando, como si fuera algo insólito.
A los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y a cada uno de vosotros os trataré de acuerdo con vuestras obras.
Después de la muerte de Josué, los israelitas le preguntaron al Señor: ―¿Quién de nosotros será el primero en subir y pelear contra los cananeos?
También murió toda aquella generación, y surgió otra que no conocía al Señor ni sabía lo que él había hecho por Israel.
Por eso el Señor dejó en paz a esas naciones; no las echó en seguida ni las entregó en manos de Josué.
Lo hizo solamente para que los descendientes de los israelitas, que no habían tenido experiencia en el campo de batalla, aprendieran a combatir.