Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres, y al polvo volverás».
Jueces 19:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Aquella noche volvía de trabajar en el campo un anciano de la región montañosa de Efraín, que vivía en Guibeá como forastero, pues los hombres del lugar eran benjaminitas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y he aquí un hombre viejo que venía de su trabajo del campo al anochecer, el cual era del monte de Efraín, y moraba como forastero en Gabaa; pero los moradores de aquel lugar eran hijos de Benjamín. Biblia Nueva Traducción Viviente Esa noche un anciano regresaba a su hogar después del trabajo en los campos. Era de la zona montañosa de Efraín, pero vivía en Guibeá, donde la gente era de la tribu de Benjamín. Biblia Católica (Latinoamericana) Un anciano volvía al final de la jornada de su trabajo en el campo. Ese hombre era de la montaña de Efraín, pero vivía en Guibea cuyos habitantes pertenecían a la tribu de Benjamín. La Biblia Textual 3a Edicion Y he aquí que un anciano volvía al anochecer de su faena en el campo. El hombre era de la serranía de Efraín y se albergaba en Gabaa, pero las gentes del lugar eran benjamitas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 En esto, llegó un anciano que, al atardecer, venía de sus faenas del campo; era de la montaña de Efraín y residió como forastero en Guibeá; pues las gentes del lugar eran benjaminitas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y he aquí un hombre viejo, que a la tarde venía del campo de trabajar; el cual era del monte de Efraín, y moraba como peregrino en Gabaa, pero los moradores de aquel lugar eran hijos de Benjamín. |
Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres, y al polvo volverás».
Sale entonces la gente a cumplir sus tareas, a hacer su trabajo hasta el anochecer.
El dinero mal ganado pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece.
Todo esfuerzo tiene su recompensa, pero quedarse solo en palabras lleva a la pobreza.
Prepara primero tus faenas de cultivo y ten listos tus campos para la siembra; después de eso, construye tu casa.
Y me dediqué de lleno a explorar e investigar con sabiduría todo cuanto se hace bajo el cielo. ¡Penosa tarea ha impuesto Dios al género humano para abrumarlo con ella!
El trabajador duerme tranquilo, coma mucho o coma poco. Al rico, sus muchas riquezas no lo dejan dormir.
Han llegado al colmo de la corrupción, como en los días de Guibeá; ¡pero Dios se acordará de sus perversidades y los castigará por sus pecados!
El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados.
Porque, incluso cuando estábamos con vosotros, os ordenamos: «El que no quiera trabajar, que tampoco coma».
En la época en que no había rey en Israel, un levita que vivía en una zona remota de la región montañosa de Efraín tomó como concubina a una mujer de Belén de Judá.
Así que siguieron de largo, y al ponerse el sol estaban frente a Guibeá de Benjamín.
Entonces se desviaron para pasar la noche en Guibeá. El hombre fue y se sentó en la plaza de la ciudad, pero nadie les ofreció alojamiento para pasar la noche.
Cuando el anciano miró y vio en la plaza de la ciudad al viajero, le preguntó: ―¿A dónde vas? ¿De dónde vienes?