¿Podrán los mercaderes ofrecerlo como mercancía, o cortarlo en pedazos para venderlo?
Jueces 14:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Cuando los filisteos lo vieron, le dieron treinta compañeros para que estuvieran con él. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y aconteció que cuando ellos le vieron, tomaron treinta compañeros para que estuviesen con él. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando los padres de la novia vieron a Sansón, seleccionaron a treinta jóvenes de la ciudad para que fueran sus acompañantes. Biblia Católica (Latinoamericana) Como le tenían miedo, le habían buscado treinta jóvenes para que lo acompañaran. La Biblia Textual 3a Edicion Y sucedió que cuando lo vieron, trajeron con ellos treinta compañeros, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando le vieron, le asignaron treinta compañeros para que estuvieran con él. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció que cuando ellos le vieron, tomaron treinta compañeros que estuviesen con él; |
¿Podrán los mercaderes ofrecerlo como mercancía, o cortarlo en pedazos para venderlo?
He entrado ya en mi jardín, hermana y novia mía, y en él recojo mirra y bálsamo; allí me sacio del panal y de su miel; allí bebo mi vino y mi leche. ¡Comed y bebed, amigos, y embriagaos de amor!
―¿Acaso pueden estar de luto los invitados del novio mientras él está con ellos? Llegará el día en que se les quitará el novio; entonces sí ayunarán.
El que tiene a la novia es el novio. Pero el amigo del novio, que está a su lado y lo escucha, se llena de alegría cuando oye la voz del novio. Esa es la alegría que me inunda.
Después de eso, su padre fue a ver a la mujer. Allí Sansón ofreció un banquete, como era la costumbre entre los jóvenes.
―Permitidme proponeros una adivinanza —les dijo Sansón—. Si me dais la solución dentro de los siete días que dura el banquete, yo os daré treinta vestidos de lino y treinta mudas de ropa de fiesta.
Fueron corriendo y lo sacaron de allí. Y, cuando Saúl se puso en medio de la gente, vieron que era tan alto que nadie le llegaba al hombro.
Cuando llegaron, Samuel se fijó en Eliab y pensó: «Sin duda que este es el ungido del Señor».