¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra.
Juan 6:68 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 ―Señor —contestó Simón Pedro—, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Biblia Nueva Traducción Viviente Simón Pedro le contestó: —Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes las palabras que dan vida eterna. Biblia Católica (Latinoamericana) Pedro le contestó: 'Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna. La Biblia Textual 3a Edicion Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tienes palabras de vida eterna, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Simón Pedro le respondió: 'Señor, ¿a quién vamos a ir? ¡Tú tienes palabras de vida eterna! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes las palabras de vida eterna. |
¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra.
Yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió me encargó qué decir y cómo decirlo.
Y sé muy bien que su mandato es vida eterna. Así que todo lo que digo es lo que el Padre me ha ordenado decir».
porque les he entregado las palabras que me diste, y ellos las aceptaron; saben con certeza que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.
»Ciertamente os aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida.
Porque la voluntad de mi Padre es que todo el que reconozca al Hijo y crea en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.
El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que os he hablado son espíritu y son vida.
»Hermanos, descendientes de Abraham, y vosotros, los gentiles temerosos de Dios: a nosotros se nos ha enviado este mensaje de salvación.
De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos».
«Id —les dijo—, presentaos en el templo y comunicad al pueblo todo este mensaje de vida».
Este mismo Moisés estuvo en la asamblea en el desierto, con el ángel que le habló en el monte Sinaí, y con nuestros antepasados. Fue también él quien recibió palabras de vida para comunicárnoslas a nosotros.