Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente.
Juan 6:63 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que os he hablado son espíritu y son vida. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Biblia Nueva Traducción Viviente Solo el Espíritu da vida eterna; los esfuerzos humanos no logran nada. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida, Biblia Católica (Latinoamericana) El espíritu es el que da vida, la carne no sirve para nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida. La Biblia Textual 3a Edicion El Espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha nada. Las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Es el espíritu el que da vida, la carne de nada sirve. Las palabras que yo os he dicho son espíritu y son vida. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os hablo son espíritu y son vida. |
Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente.
La exposición de tus palabras nos da luz, y da entendimiento al sencillo.
Aférrate a la instrucción, no la dejes escapar; cuídala bien, porque ella es tu vida.
Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a quienes le place.
―Señor —contestó Simón Pedro—, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
«Id —les dijo—, presentaos en el templo y comunicad al pueblo todo este mensaje de vida».
Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.
La circuncisión tiene valor si observas la ley; pero, si la quebrantas, vienes a ser como un incircunciso.
pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.
Así está escrito: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente»; el último Adán, en el Espíritu que da vida.
En Cristo Jesús de nada vale estar o no estar circuncidados; lo que vale es la fe que actúa mediante el amor.
Para nada cuenta estar o no estar circuncidados; lo que importa es ser parte de una nueva creación.
Porque no son palabras vanas para vosotros, sino que de ellas depende vuestra vida; por ellas vivirán mucho tiempo en el territorio que vais a poseer al otro lado del Jordán».
Así que no dejamos de dar gracias a Dios, porque al oír vosotros la palabra de Dios que os predicamos, la aceptasteis no como palabra humana, sino como lo que realmente es, palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes.
pues aunque el ejercicio físico trae algún provecho, la piedad es útil para todo, ya que incluye una promesa no solo para la vida presente, sino también para la venidera.
No os dejéis llevar por ninguna clase de enseñanzas extrañas. Conviene que el corazón sea fortalecido por la gracia, y no por alimentos rituales que de nada aprovechan a quienes los comen.
Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.
Por su propia voluntad nos hizo nacer mediante la palabra de verdad, para que fuéramos como los primeros y mejores frutos de su creación.
Pues habéis nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.
Porque Cristo murió por los pecados, una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevaros a Dios. Él sufrió la muerte en su cuerpo, pero el Espíritu hizo que volviera a la vida.
la cual simboliza el bautismo que ahora os salva también a vosotros. El bautismo no consiste en la limpieza del cuerpo, sino en el compromiso de tener una buena conciencia delante de Dios. Esta salvación es posible por la resurrección de Jesucristo,