»Y tú, hijito mío, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor para prepararle el camino.
Juan 4:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Jesús se enteró de que los fariseos sabían que él estaba haciendo y bautizando más discípulos que Juan Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús sabía que los fariseos se habían enterado de que él hacía y bautizaba más discípulos que Juan Biblia Católica (Latinoamericana) El Señor se enteró de que los fariseos tenían noticias de él; se decía que Jesús bautizaba y atraía más discípulos que Juan, La Biblia Textual 3a Edicion Cuando Jesús° se enteró de que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando supo el Señor que los fariseos estaban informados de que Jesús conseguía más discípulos que Juan y que los bautizaba - Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando el Señor entendió que los fariseos habían oído que Jesús hacía y bautizaba más discípulos que Juan |
»Y tú, hijito mío, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor para prepararle el camino.
Y, si alguien os pregunta: “¿Por qué lo desatáis?”, decidle: “El Señor lo necesita”».
Hoy os ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor.
y los envió al Señor a preguntarle: ―¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?
Después de esto, Jesús fue con sus discípulos a la región de Judea. Allí pasó algún tiempo con ellos, y bautizaba.
Aquellos fueron a ver a Juan y le dijeron: ―Rabí, fíjate, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, y de quien tú diste testimonio, ahora está bautizando, y todos acuden a él.
Dios envió su mensaje al pueblo de Israel, anunciando las buenas nuevas de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.
Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio, y eso sin discursos de sabiduría humana, para que la cruz de Cristo no perdiera su eficacia.
El primer hombre era del polvo de la tierra; el segundo hombre, del cielo.
Ninguno de los gobernantes de este mundo la entendió, porque de haberla entendido no habrían crucificado al Señor de la gloria.
No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor; nosotros no somos más que servidores vuestros por causa de Jesús.
Hermanos míos, la fe que tenéis en nuestro glorioso Señor Jesucristo no debe dar lugar a favoritismos.
En su manto y sobre el muslo lleva escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores.