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Juan 19:17 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Jesús salió cargando su propia cruz hacia el lugar de la Calavera (que en arameo se llama Gólgota).

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Él, cargando su propia cruz, fue al sitio llamado Lugar de la Calavera (en hebreo, Gólgota).

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Así fue como se llevaron a Jesús. Cargando con su propia cruz, salió de la ciudad hacia el lugar llamado Calvario (o de la Calavera), que en hebreo se dice Gólgota.

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La Biblia Textual 3a Edicion

y cargando Él mismo la cruz, salió hacia el lugar llamado de la Calavera, que en hebreo se dice Gólgota.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Él cargó con la cruz y salió hacia el lugar llamado 'de la Calavera', que en hebreo se dice Gólgota.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota;

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Lòt tradiksyon



Juan 19:17
23 Referans Kwoze  

Abraham tomó la leña del holocausto y la puso sobre Isaac, su hijo; él, por su parte, cargó con el fuego y el cuchillo. Y los dos siguieron caminando juntos.


Llegaron los dos sinvergüenzas, se sentaron frente a él y lo acusaron ante el pueblo, diciendo: «¡Nabot ha maldecido a Dios y al rey!» Como resultado, la gente lo llevó fuera de la ciudad y lo mató a pedradas.


«Saca al blasfemo fuera del campamento. Quienes lo hayan oído impondrán las manos sobre su cabeza, y toda la asamblea lo apedreará.


y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí.


Luego dijo Jesús a sus discípulos: ―Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme.


Encima de su cabeza pusieron por escrito la causa de su condena: «Este es Jesús, el Rey de los judíos».


Jesús lo miró con amor y añadió: ―Una sola cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.


Un letrero tenía escrita la causa de su condena: «El Rey de los judíos».


Que baje ahora de la cruz ese Cristo, el rey de Israel, para que veamos y creamos. También lo insultaban los que estaban crucificados con él.


Entonces llamó a la multitud y a sus discípulos. ―Si alguien quiere ser mi discípulo —les dijo—, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz y me siga.


Y el que no carga su cruz y me sigue no puede ser mi discípulo.


Cuando se lo llevaban, echaron mano de un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús.


Cuando llegaron al lugar llamado la Calavera, lo crucificaron allí, junto con los criminales, uno a su derecha y otro a su izquierda.


Resulta que había sobre él un letrero, que decía: «Este es el Rey de los judíos».


Dirigiéndose a todos, declaró: ―Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz cada día y me siga.


Al oír esto, Pilato llevó a Jesús hacia fuera y se sentó en el tribunal, en un lugar al que llamaban el Empedrado (que en arameo se dice Gabatá).


Había allí, junto a la puerta de las Ovejas, un estanque rodeado de cinco pórticos, cuyo nombre en arameo es Betzatá.


lo sacaron a empellones fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Los acusadores confiaron sus mantos a un joven llamado Saulo.