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Juan 14:13 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Cualquier cosa que pidáis en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pueden pedir cualquier cosa en mi nombre, y yo la haré, para que el Hijo le dé gloria al Padre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Todo lo que pidan en mi Nombre lo haré, de manera que el Padre sea glorificado en su Hijo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y todo lo que pidáis en mi Nombre, eso haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y todo lo que pidiereis en mi nombre, esto haré; para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

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Lòt tradiksyon



Juan 14:13
36 Referans Kwoze  

Si creéis, recibiréis todo lo que pidáis en oración.


»Pedid, y se os dará; buscad, y encontraréis; llamad, y se os abrirá.


Por eso os digo: Creed que ya habéis recibido todo lo que estéis pidiendo en oración, y lo obtendréis.


»Así que yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá la puerta.


«El que cree en mí —clamó Jesús con voz fuerte—, cree no solo en mí, sino en el que me envió.


Cuando Judas hubo salido, Jesús dijo: ―Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él.


Lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré.


―Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.


No me escogisteis vosotros a mí, sino que yo os escogí a vosotros y os comisioné para que vayáis y deis fruto, un fruto que perdure. Así el Padre os dará todo lo que le pidáis en mi nombre.


Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis, y se os concederá.


En aquel día ya no me preguntaréis nada. Ciertamente os aseguro que mi Padre os dará todo lo que le pidáis en mi nombre.


En aquel día pediréis en mi nombre. Y no digo que voy a rogar por vosotros al Padre,


Pero os digo la verdad: os conviene que me vaya porque, si no lo hago, el Consolador no vendrá a vosotros; en cambio, si me voy, os lo enviaré.


―Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua —contestó Jesús—, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida.


pero el que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.


Entonces Jesús afirmó: ―Ciertamente os aseguro que el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su Padre hace, porque cualquier cosa que hace el Padre, la hace también el Hijo.


En el último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó: ―¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba!


Por esta razón, el que habla en lenguas pida en oración el don de interpretar lo que diga.


Pues por medio de él tenemos acceso al Padre por un mismo Espíritu.


En él, mediante la fe, disfrutamos de libertad y confianza para acercarnos a Dios.


Por esta razón me arrodillo delante del Padre,


Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.


Y todo lo que hagáis, de palabra o de obra, hacedlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.


Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre.


Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado.


Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos.


Si a alguno de vosotros le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie.


Por eso, confesaos unos a otros vuestros pecados, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.


también vosotros sois como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual. De este modo llegáis a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo.


y recibimos todo lo que le pedimos porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.


Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que, si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye.