¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!
Juan 14:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 »No os angustiéis. Confiad en Dios, confiad también en mí. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. Biblia Nueva Traducción Viviente »No dejen que el corazón se les llene de angustia; confíen en Dios y confíen también en mí. Biblia Católica (Latinoamericana) No se turben; crean en Dios y crean también en mí. La Biblia Textual 3a Edicion No se turbe vuestro corazón; creed° en Dios, creed también en mí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Que no se turbe vuestro corazón: creéis en Dios, pues creed también en mí. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. |
¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!
Y me pongo a pensar: «Esto es lo que me duele: que haya cambiado la diestra del Altísimo».
Al ver llorar a María y a los judíos que la habían acompañado, Jesús se turbó y se conmovió profundamente.
»Ahora todo mi ser está angustiado, ¿y acaso voy a decir: “Padre, sálvame de esta hora difícil”? ¡Si precisamente para afrontarla he venido!
«El que cree en mí —clamó Jesús con voz fuerte—, cree no solo en mí, sino en el que me envió.
»Os digo esto ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy.
Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa.
Al contrario, como os he dicho estas cosas, os habéis entristecido mucho.
para que todos honren al Hijo como lo honran a él. El que se niega a honrar al Hijo no honra al Padre que lo envió.
Porque la voluntad de mi Padre es que todo el que reconozca al Hijo y crea en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.
Más bien debierais perdonarlo y consolarlo para que no sea consumido por la excesiva tristeza.
Por eso yo, por mi parte, desde que me enteré de la fe que tenéis en el Señor Jesús y del amor que demostráis por todos los santos,
no perdáis la cabeza ni os alarméis por ciertas profecías, ni por mensajes orales o escritos supuestamente nuestros, que digan: «¡Ya llegó el día del Señor!»
Por medio de él creéis en Dios, que lo resucitó y glorificó, de modo que vuestra fe y vuestra esperanza están puestas en Dios.