¡Salid de Babilonia! ¡Huid de los caldeos! Anunciad esto con gritos de alegría y hacedlo saber. Publicadlo hasta en los confines de la tierra; decid: «El Señor ha redimido a su siervo Jacob».
Jeremías 50:28 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Se oye la voz de los fugitivos, de los que escaparon de Babilonia; vienen a anunciar en Sión la venganza del Señor, nuestro Dios, la venganza por su templo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Voz de los que huyen y escapan de la tierra de Babilonia, para dar en Sion las nuevas de la retribución de Jehová nuestro Dios, de la venganza de su templo. Biblia Nueva Traducción Viviente Escuchen a la gente que escapó de Babilonia mientras cuentan en Jerusalén cómo el Señor nuestro Dios se vengó de los que destruyeron su templo. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Escuchen! Son los fugitivos y los que escaparon del país de Babilonia que vienen a contar en Sión la venganza de Yavé nuestro Dios. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Oíd la voz de los que huyen y escapan de la tierra de Babilonia Para anunciar en Sión la retribución de YHVH nuestro Dios: La venganza de su Casa!° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Escuchad a los fugitivos y evadidos del país de Babel, que anuncian en Sión la venganza de Yahveh, nuestro Dios, la venganza de su templo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Voz de los que huyen y escapan de la tierra de Babilonia, para dar las nuevas en Sión de la venganza de Jehová nuestro Dios, de la venganza de su templo. |
¡Salid de Babilonia! ¡Huid de los caldeos! Anunciad esto con gritos de alegría y hacedlo saber. Publicadlo hasta en los confines de la tierra; decid: «El Señor ha redimido a su siervo Jacob».
Gritad en torno de ella: ¡Babilonia se rinde! ¡Cayeron sus torres, se derrumbaron sus muros! ¡Esta es la venganza del Señor! ¡Vengaos de ella! ¡Pagadle con la misma moneda!
»¡Huid de Babilonia! ¡Sálvese quien pueda! No perezcáis por causa de su iniquidad. Porque ha llegado la hora de que el Señor tome venganza; ¡él le dará su merecido!
El enemigo se adueñó de todos los tesoros de Jerusalén; vio ella penetrar en su santuario a las naciones paganas, a las que tú prohibiste entrar en tu asamblea.
Por el contrario, te has opuesto al Dios del cielo mandando traer de su templo las copas para que bebáis en ellas tú y tus nobles, vuestras esposas y concubinas. Te has deshecho en alabanzas a los dioses de oro, plata, hierro, madera y piedra, dioses que no pueden ver ni oír ni entender; en cambio, no has honrado al Dios en cuyas manos se hallan tu vida y tus acciones.
Dejaré caer sobre vosotros la espada de la venganza prescrita en el pacto. Cuando os retiréis a vuestras ciudades, os enviaré una plaga, y caeréis en poder del enemigo.
cuando afile mi espada reluciente y en el día del juicio la tome en mis manos, me vengaré de mis adversarios; ¡les daré su merecido a los que me odian!