«Yo me levantaré contra ellos —afirma el Señor Todopoderoso—. Yo extirparé de Babilonia nombre y descendencia, vástago y posteridad —afirma el Señor—.
Jeremías 50:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Pero vuestra patria quedará humillada; la que os dio la vida quedará en vergüenza. Será la última de las naciones; se convertirá en sequedal, desierto y estepa. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Vuestra madre se avergonzó mucho, se afrentó la que os dio a luz; he aquí será la última de las naciones; desierto, sequedal y páramo. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero su tierra natal será llena de vergüenza y deshonra. Ustedes serán la última de las naciones, un desierto, tierra seca y desolada. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero ahora ven a su madre humillada,
la que los dio a luz ha sido humillada;
ha pasado a ser la última de las naciones,
un desierto seco y triste. La Biblia Textual 3a Edicion Pero vuestra madre° quedará avergonzada, Será abochornada la que os dio a luz. ¡Hela ahí, convertida en última de las naciones, En un desierto, en una estepa solitaria! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Vuestra madre está totalmente abochornada, está avergonzada la que os dio a luz. Es ahora la última de las naciones: desierto, aridez, estepa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Vuestra madre será en gran manera avergonzada, se avergonzará la que os engendró; he aquí la última de las naciones será un desierto, tierra seca, y páramo. |
«Yo me levantaré contra ellos —afirma el Señor Todopoderoso—. Yo extirparé de Babilonia nombre y descendencia, vástago y posteridad —afirma el Señor—.
¡Mira la tierra de los caldeos! ¡Ese pueblo ya no existe! Asiria la ha convertido en refugio de las fieras del desierto; levantaron torres de asalto, demolieron sus fortalezas y las convirtieron en ruinas.
Así dice el Señor: «En cuanto a todos los vecinos malvados que tocaron la heredad que le di a mi pueblo Israel, los arrancaré de sus tierras, y a la tribu de Judá la quitaré de en medio de ellos.
Se desmaya la que tuvo siete hijos; se queda sin aliento. Su sol se pone en pleno día; ¡se queda avergonzada y humillada! A sus sobrevivientes los entregaré a la espada delante de sus enemigos», afirma el Señor.
Porque así dice el Señor acerca de la casa real de Judá: «Para mí, tú eres como Galaad y como la cima del Líbano, pero juro que te convertiré en un desierto, en ciudades deshabitadas.
»Pero, cuando se hayan cumplido los setenta años, yo castigaré por su iniquidad al rey de Babilonia y a aquella nación, país de los caldeos, y los convertiré en desolación perpetua —afirma el Señor—.
a todos los reyes del norte, cercanos o lejanos entre sí, y a todos los reinos que están sobre la faz de la tierra. Y después de ellos beberá el rey de Sesac.
Vienen días —afirma el Señor— en que yo haré resonar el grito de guerra contra Rabá de los amonitas; y se convertirá en un montón de ruinas, y sus ciudades serán incendiadas. Entonces Israel despojará de todo a los que de todo la despojaron —afirma el Señor—.
Desoladas han quedado sus ciudades: como un sequedal, como un desierto. Nadie habita allí; nadie pasa por ese lugar.
Se acercan ya los días en que castigaré a los ídolos de Babilonia. Toda su tierra será avergonzada; caerán sus víctimas en medio de ella.
En la frente llevaba escrito un nombre misterioso: la gran babilonia madre de las prostitutas y de las abominables idolatrías de la tierra.