Jeremías 50:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 »¡Vosotros, que saqueáis mi heredad, alegraos y regocijaos! ¡Saltad como terneros en la pradera, relinchad como sementales! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Porque os alegrasteis, porque os gozasteis destruyendo mi heredad, porque os llenasteis como novilla sobre la hierba, y relinchasteis como caballos. Biblia Nueva Traducción Viviente »Se alegran y regocijan, ustedes que despojaron a mi pueblo elegido. Retozan como becerros en el prado y relinchan como sementales. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Ustedes se alegraban y triunfaban,
saqueadores de mi propiedad,
y relinchaban como potros! La Biblia Textual 3a Edicion Por cuanto, oh saqueadores de mi heredad, Os alegrasteis y os gozasteis. Ahora retozáis como novilla en el prado, Y relincháis como poderosos corceles,° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Exultad, pues; sí, regocijaos, expoliadores de mi heredad; brincad como becerros en la otoñada, relinchad como los sementales. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque os alegrasteis, porque os gozasteis destruyendo mi heredad, porque os llenasteis como becerra sobre la hierba, y mugís como toros. |
El que se burla del pobre ofende a su creador; el que se alegra de verlo en la ruina no quedará sin castigo.
Yo estaba enojado con mi pueblo; por eso profané mi heredad. Los entregué en tu mano, y no tuviste compasión de ellos. Pusiste sobre los ancianos un yugo muy pesado.
»Ahora escucha esto, voluptuosa; tú, que moras confiada y te dices a ti misma: “Yo soy, y no hay otra fuera de mí. Nunca enviudaré ni me quedaré sin hijos”.
Así dice el Señor: «En cuanto a todos los vecinos malvados que tocaron la heredad que le di a mi pueblo Israel, los arrancaré de sus tierras, y a la tribu de Judá la quitaré de en medio de ellos.
Los mercenarios en sus filas son como novillos cebados; también ellos se vuelven atrás; todos juntos huyen sin detenerse, porque ha llegado el día de su ruina, el momento de su castigo.
gordos y pedantes. Sus obras de maldad no tienen límite: no hacen justicia al huérfano, para que su causa prospere; ni defienden tampoco el derecho de los menesterosos.
Son como caballos bien cebados y fogosos; todos relinchan por la mujer ajena.
»Israel es como un rebaño descarriado, acosado por los leones. Primero lo devoró el rey de Asiria, y luego Nabucodonosor, rey de Babilonia, le quebró todos los huesos».
¡Matad a todos sus novillos! ¡Llevadlos al matadero! ¡Ay de ellos, pues les ha llegado el día, el día de su castigo!
»La gente ha escuchado mi gemir, pero no hay quien me consuele. Todos mis enemigos conocen mi pesar y se alegran de lo que has hecho conmigo. ¡Manda ya tu castigo anunciado, para que sufran lo que he sufrido!
Así como te alegraste cuando quedó devastada la herencia del pueblo de Israel, también yo me alegraré de ti. Tú, montaña de Seír, y todo el territorio de Edom quedaréis desolados. Así sabrán que yo soy el Señor”.
Esto dice el Señor omnipotente: En el ardor de mi celo me he pronunciado contra el resto de las naciones y contra todo Edom, porque con mucha alegría y profundo desprecio se han apoderado de mi tierra para destruirla y saquearla”.
Efraín es una novilla adiestrada a la que le gusta trillar, pero yo no quise ponerle el yugo. Pero ahora voy a uncir a Efraín, y Judá tendrá que arar, y Jacob emparejará la tierra».
Oíd esta palabra, vacas de Basán, que vivís en el monte de Samaria, que oprimís a los desvalidos y maltratáis a los necesitados, que decís a vuestros esposos: «¡Traednos de beber!»
No debiste reírte de tu hermano en su mal día, en el día de su desgracia. No debiste alegrarte a costa del pueblo de Judá en el día de su ruina. No debiste proferir arrogancia en el día de su angustia.
Babilonia los saca a todos con anzuelo, los arrastra con sus redes, los recoge entre sus mallas, y así se alegra y regocija.
»Esta es la plaga con la que el Señor herirá a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: Se les pudrirá la carne en vida, se les pudrirán los ojos en las cuencas, y se les pudrirá la lengua en la boca.
»Jesurún engordó y pateó; se hartó de comida, y se puso corpulento y rollizo. Abandonó al Dios que le dio vida y rechazó a la Roca, su Salvador.