Hará llover sobre los malvados ardientes brasas y candente azufre; ¡un viento abrasador será su suerte!
Jeremías 49:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Será como en la destrucción de Sodoma y Gomorra y de sus ciudades vecinas; nadie volverá a vivir allí, ni la habitará ningún ser humano —afirma el Señor—. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Como sucedió en la destrucción de Sodoma y de Gomorra y de sus ciudades vecinas, dice Jehová, así no morará allí nadie, ni la habitará hijo de hombre. Biblia Nueva Traducción Viviente Será como la destrucción de Sodoma, Gomorra y sus ciudades vecinas —dice el Señor—. Nadie vivirá allí; nadie la habitará. Biblia Católica (Latinoamericana) Será semejante a Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas después de la catástrofe: nadie volverá a vivir allí, ni nunca más un ser humano se radicará en este lugar. La Biblia Textual 3a Edicion Será como la catástrofe de Sodoma y de Gomorra y sus ciudades vecinas, dice YHVH, así nadie morará allí ni la habitará hijo de hombre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Será como la catástrofe de Sodoma y Gomorra y de sus vecinas, dice Yahveh. No habitará allí hombre alguno, ni residirá en ella ningún ser humano. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Como en la destrucción de Sodoma y Gomorra, y de sus ciudades vecinas, dice Jehová, no morará allí nadie, ni la habitará hijo de hombre. |
Hará llover sobre los malvados ardientes brasas y candente azufre; ¡un viento abrasador será su suerte!
Ni de día ni de noche se extinguirá, y su humo subirá por siempre. Quedará desolada por todas las generaciones; nunca más transitará nadie por ella.
Y entre los profetas de Jerusalén he observado cosas terribles: cometen adulterio, y viven en la mentira; fortalecen las manos de los malhechores, ninguno se convierte de su maldad. Todos ellos son para mí como Sodoma; los habitantes de Jerusalén son como Gomorra».
Jazor se convertirá en una guarida de chacales, en un lugar desolado para siempre. Ningún ser humano vivirá allí, nadie habitará en ese lugar».
Será como cuando Dios destruyó a Sodoma y Gomorra, y a sus ciudades vecinas; allí nadie volverá a vivir, ni la habitará ningún ser humano —afirma el Señor—.
»Yo os envié destrucción como la de Sodoma y Gomorra; ¡quedasteis como tizones arrebatados del fuego! Con todo, vosotros no os volvisteis a mí —afirma el Señor—.
Tan cierto como que yo vivo —afirma el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel—, que Moab vendrá a ser como Sodoma y los amonitas, como Gomorra: se volverán campos de espinos y minas de sal, desolación perpetua. El remanente de mi pueblo los saqueará; los sobrevivientes de mi nación heredarán su tierra».
Así había dicho Isaías: «Si el Señor Todopoderoso no nos hubiera dejado descendientes, seríamos ya como Sodoma, nos pareceríamos a Gomorra».
»Vuestros hijos y las generaciones futuras, y los extranjeros que vengan de países lejanos, verán las calamidades y enfermedades con que el Señor habrá azotado esta tierra.
Toda ella será un desperdicio ardiente de sal y de azufre, donde nada podrá plantarse, nada germinará, y ni siquiera la hierba crecerá. Será como cuando el Señor destruyó con su furor las ciudades de Sodoma y Gomorra, Admá y Zeboyín.
Además, condenó a las ciudades de Sodoma y Gomorra, y las redujo a cenizas, poniéndolas como escarmiento para los impíos.
Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas son puestas como escarmiento, al sufrir el castigo de un fuego eterno, por haber practicado, como aquellos, inmoralidad sexual y vicios contra la naturaleza.