El Señor protege al extranjero y sostiene al huérfano y a la viuda, pero frustra los planes de los impíos.
Jeremías 49:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 ¡Abandona a tus huérfanos, que yo les protegeré la vida! ¡Tus viudas pueden confiar en mí!» Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Deja tus huérfanos, yo los criaré; y en mí confiarán tus viudas. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero protegeré a los huérfanos que queden entre ustedes. También sus viudas pueden contar con mi ayuda». Biblia Católica (Latinoamericana) Pásame tus huérfanos, yo los cuidaré,
y que tus viudas se acerquen a mí con confianza. La Biblia Textual 3a Edicion Deja a tus huérfanos, que Yo los criaré, Deja que tus viudas confíen en mí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Deja a tus huérfanos, yo les conservaré la vida, y que tus viudas confíen en mí'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Deja tus huérfanos, yo los preservaré con vida; y tus viudas confiarán en mí. |
El Señor protege al extranjero y sostiene al huérfano y a la viuda, pero frustra los planes de los impíos.
Padre de los huérfanos y defensor de las viudas es Dios en su morada santa.
Defended la causa del huérfano y del desvalido; al pobre y al oprimido hacedles justicia.
Asiria no podrá salvarnos; no montaremos caballos de guerra. Nunca más llamaremos “dios nuestro” a cosas hechas por nuestras manos, pues en ti el huérfano halla compasión».
Y de Nínive, una gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no distinguen su derecha de su izquierda, y tanto ganado, ¿no habría yo de compadecerme?
No oprimáis a las viudas ni a los huérfanos, ni a los extranjeros ni a los pobres. No maquinéis el mal en vuestro corazón los unos contra los otros”.
«De modo que me acercaré a vosotros para juicio. Estaré presto a testificar contra los hechiceros, los adúlteros y los perjuros, contra los que explotan a sus asalariados; contra los que oprimen a las viudas y a los huérfanos, y niegan el derecho del extranjero, sin mostrarme ningún temor —dice el Señor Todopoderoso—.
Él defiende la causa del huérfano y de la viuda, y muestra su amor por el extranjero, proveyéndole ropa y alimentos.
La viuda desamparada, como ha quedado sola, pone su esperanza en Dios y persevera noche y día en sus oraciones y súplicas.
La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es esta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo.