Porque el Señor ama la justicia y no abandona a quienes le son fieles. El Señor los protegerá para siempre, pero acabará con la descendencia de los malvados.
Jeremías 49:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Pero yo despojaré por completo a Esaú; descubriré sus escondites, y no podrá ocultarse. Sus hijos, parientes y vecinos, serán destruidos y dejarán de existir. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Mas yo desnudaré a Esaú, descubriré sus escondrijos, y no podrá esconderse; será destruida su descendencia, sus hermanos y sus vecinos, y dejará de ser. Biblia Nueva Traducción Viviente pero yo despojaré la tierra de Edom y no habrá lugar dónde esconderse. Sus hijos, hermanos y vecinos serán todos destruidos, y Edom no existirá más. Biblia Católica (Latinoamericana) Pues yo soy el que asalto a Esaú,
y descubro sus escondites,
para que ya no pueda esconderlos.
¡Su raza ha sido destruida, ya no existe!
No hay nadie de entre sus vecinos que diga: La Biblia Textual 3a Edicion Pero soy Yo el que desnudo a Esaú, Y descubro sus escondrijos, Y no podrá esconderse. Su descendencia será destruida, Con sus hermanos y vecinos, y dejará de ser. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pues yo mismo despojo a Esaú, descubro sus escondites, para que no pueda ocultarse. Su estirpe ha sido devastada, como sus hermanos y vecinos, y él mismo ya no existe. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas yo desnudaré a Esaú, descubriré sus escondrijos, y no podrá esconderse; será destruida su simiente, y sus hermanos y sus vecinos; y ya no será. |
Porque el Señor ama la justicia y no abandona a quienes le son fieles. El Señor los protegerá para siempre, pero acabará con la descendencia de los malvados.
Al atardecer, ¡terror repentino! Antes del amanecer, ¡ya no existen! Tal es el destino de quienes nos despojan; eso les espera a quienes nos saquean.
Te daré los tesoros de las tinieblas, y las riquezas guardadas en lugares secretos, para que sepas que yo soy el Señor, el Dios de Israel, que te llama por tu nombre.
¡yo también te alzaré las faldas hasta cubrirte el rostro y descubrir tus vergüenzas!
¿Podrá el hombre hallar un escondite donde yo no pueda encontrarlo? —afirma el Señor—. ¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra? —afirma el Señor—.
Tu castigo se ha cumplido, bella Sión; Dios no volverá a desterrarte. Pero a ti, capital de Edom, te castigará por tu maldad y pondrá al descubierto tus pecados.
Aunque se oculten en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los atraparé. Aunque de mí se escondan en el fondo del mar, allí ordenaré a la serpiente que los muerda.
Ciudad de Temán, tus guerreros se caerán de miedo, a fin de que todo hombre sea exterminado del monte de Esaú por la masacre.