Acuden los de Dibón al templo, a sus altares paganos, para llorar. Moab está gimiendo por Nebo y por Medeba. Rapadas están todas las cabezas, y afeitadas todas las barbas.
Jeremías 48:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Se oye el clamor desde Joronayin: ¡devastación y gran destrucción! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ¡Voz de clamor de Horonaim, destrucción y gran quebrantamiento! Biblia Nueva Traducción Viviente Oigan los gritos que vienen de Horonaim, gritos de devastación y gran destrucción. Biblia Católica (Latinoamericana) Escuchen los gritos que se sienten desde Abarim:
'¡Calamidad! ¡Desastre total!
¡Moab ha sido arrasada!' La Biblia Textual 3a Edicion ¡Voz de clamor desde Horonaim: Asolamiento y gran destrucción! Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Oid! Gritos desde Joronáin: devastación, desastre inmenso. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¡Voz de clamor desde Horonaim, despojo y gran destrucción! |
Acuden los de Dibón al templo, a sus altares paganos, para llorar. Moab está gimiendo por Nebo y por Medeba. Rapadas están todas las cabezas, y afeitadas todas las barbas.
Mi corazón grita por Moab; sus fugitivos huyen hasta Zoar, hasta Eglat Selisiyá. Suben llorando por la cuesta de Luhit; ante el desastre, gritan desesperados por el camino de Joronayin.
Su grito desesperado va recorriendo la frontera de Moab. Llega su gemido hasta Eglayin, y aun llega hasta Ber Elín.
Por eso dije: «Apartaos de mí; voy a llorar amargamente. No insistáis en consolarme: ¡la hija de mi pueblo ha sido destruida!»
¡Que sea tal hombre como las ciudades que el Señor destruyó sin compasión! ¡Que oiga gritos en la mañana y alaridos de guerra al mediodía!
«Así dice el Señor: »“¡Mirad! Las aguas del norte suben cual torrente desbordado. Inundan la tierra y todo lo que contiene, sus ciudades y sus habitantes. ¡Grita toda la gente! ¡Gimen los habitantes de la tierra!
»El clamor de Hesbón llega hasta Elalé y Yahaza, su voz se alza desde Zoar hasta Joronayin y Eglat Selisiyá. Porque hasta las aguas de Nimrín se han secado.
Por la cuesta de Luhit suben llorando sin cesar; por la bajada de Joronayin se oyen gritos de dolor, por causa de la destrucción.