Gobernarás a las naciones con puño de hierro; las harás pedazos como a vasijas de barro».
Jeremías 48:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Pero vienen días —afirma el Señor— en que enviaré gente que transvasará a Moab; y vaciará sus vasijas y romperá sus cántaros. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Por eso vienen días, ha dicho Jehová, en que yo le enviaré trasvasadores que le trasvasarán; y vaciarán sus vasijas, y romperán sus odres. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero pronto se acerca el día —dice el Señor—, cuando enviaré hombres que la viertan de su vasija. ¡Verterán a Moab y luego destrozarán la vasija! Biblia Católica (Latinoamericana) Pero se acerca el momento, dice Yavé, en que le mandaré gente que lo cambie de tonel; ellos dejarán sus barriles vacíos y quebrarán sus tinajas. La Biblia Textual 3a Edicion Por tanto, he aquí vienen días, dice YHVH, En que Yo le enviaré tinajeros que lo trasieguen, Y vaciarán sus vasijas, y romperán sus odres. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero mirad que vienen días -oráculo de Yahveh-, en que enviaré trasvasadores que lo trasvasarán, vaciarán sus tinajas y romperán sus vasijas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por tanto, he aquí que vienen días, dice Jehová, en que yo le enviaré trasportadores que lo harán trasportar; y vaciarán sus vasos, y romperán sus odres. |
Gobernarás a las naciones con puño de hierro; las harás pedazos como a vasijas de barro».
Las mujeres de Moab, en los vados del Arnón, parecen aves que, espantadas, abandonan el nido.
Vuestra iniquidad quedará hecha pedazos, hecha añicos sin piedad, como vasija de barro: ni uno solo de sus pedazos servirá para sacar brasas del fuego ni agua de una cisterna».
Los nobles mandan por agua a sus siervos, y estos van a las cisternas, pero no la encuentran. Avergonzados y confundidos, vuelven con sus cántaros vacíos y cubriéndose la cabeza.
»Rompe después el cántaro en mil pedazos, a la vista de los hombres que te acompañaron,
Gemid, pastores, y clamad; revolcaos en el polvo, jefes del rebaño, porque os ha llegado el día de la matanza; seréis dispersados, y caeréis como carneros escogidos.
yo haré que vengan todos los pueblos del norte, y también mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia. Los traeré contra este país, contra sus habitantes y contra todas las naciones vecinas, y los destruiré por completo: ¡los convertiré en objeto de horror, de burla y de eterna desolación! —afirma el Señor—.
»Moab ha vivido en paz desde su juventud; ha reposado sobre sus heces. No ha pasado de vasija en vasija, ni ha ido jamás al exilio. Por eso conserva su sabor y no pierde su aroma.
Entonces Moab se avergonzará de Quemós, como el pueblo de Israel se avergonzó de Betel, santuario en el que había depositado su confianza.
Moab será devastada y sus ciudades, invadidas —afirma el Rey, cuyo nombre es el Señor Todopoderoso—: Lo mejor de su juventud descenderá al matadero.
Sobre todos los techos de Moab, y por todas sus plazas, solo se escuchan lamentos; porque rompí en pedazos a Moab como a una vasija desechada —afirma el Señor—.
El destructor vendrá contra toda ciudad, y ni una sola de ellas escapará. El valle quedará en ruinas, y la meseta quedará destruida, tal como ha dicho el Señor.
Porque el Señor restaura la majestad de Jacob, como la majestad de Israel, pues los destructores los han arrasado; han arruinado sus sarmientos.