Abner le gritó a Joab: ―¿Vamos a dejar que siga esta matanza? ¿No te das cuenta de que, a fin de cuentas, la victoria es amarga? ¿Qué esperas para ordenarles a tus soldados que dejen de perseguir a sus hermanos?
Jeremías 47:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 »”¡Ay, espada del Señor! ¿Cuándo vas a descansar? ¡Vuélvete a la vaina! ¡Detente, quédate quieta! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Oh espada de Jehová, ¿hasta cuándo reposarás? Vuelve a tu vaina, reposa y sosiégate. Biblia Nueva Traducción Viviente »Oh espada del Señor, ¿cuándo volverás a descansar? Vuelve a tu vaina; descansa y mantente quieta. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Ay, espada de Yavé!
¿Hasta cuándo estarás sin descansar?
Métete en tu vaina.
¡Párate, tranquilízate! La Biblia Textual 3a Edicion ¡Ay, espada de YHVH! ¿Hasta cuándo no descansarás? ¡Vuélvete a la vaina, descansa y estate quieta! Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Oh espada de Yahveh! ¿Hasta cuándo no descansarás? Vuélvete a tu vaina, reposa, quédate tranquila. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Oh espada de Jehová, ¿hasta cuándo reposarás? Vuélvete a tu vaina, reposa y sosiégate. |
Abner le gritó a Joab: ―¿Vamos a dejar que siga esta matanza? ¿No te das cuenta de que, a fin de cuentas, la victoria es amarga? ¿Qué esperas para ordenarles a tus soldados que dejen de perseguir a sus hermanos?
¡Vamos, Señor, enfréntate a ellos! ¡Derrótalos! ¡Con tu espada rescátame de los malvados!
¿Puede acaso gloriarse el hacha más que el que la maneja, o jactarse la sierra contra quien la usa? ¡Como si pudiera el bastón manejar a quien lo tiene en la mano, o la frágil vara pudiera levantar a quien pesa más que la madera!
Sobre todas las lomas del desierto vinieron depredadores. La espada del Señor destruirá al país de un extremo al otro, y para nadie habrá paz.
¿Hasta cuándo estará seca la tierra, y marchita la hierba de todos los campos? Los animales y las aves se mueren por la maldad de los que habitan el país, quienes se atreven a decir: «Dios no verá nuestro fin».
»Enviaré contra ellos cuatro clases de calamidades —afirma el Señor—: la espada para matar, los perros para arrastrar, las aves del cielo para devorar y las bestias de la tierra para destruir.
«Tú les dirás: “Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: ‘Bebed, emborrachaos, vomitad y caed para no levantaros más, por causa de la espada que envío contra vosotros’ ”.
¿Hasta cuándo tendré que ver la bandera y escuchar el toque de la trompeta?
»¡Maldito el que sea negligente para realizar el trabajo del Señor! ¡Maldito el que de la sangre retraiga su espada!
»¡Muerte a los babilonios! ¡Muerte a sus jefes y sabios! —afirma el Señor—.
»Y, si yo enviara guerra sobre ese país y dejara que la espada arrasara la tierra y eliminara a sus habitantes y a sus animales,
»”¡Espada, vuelve a tu vaina! Allí, en tu tierra de origen, donde fuiste forjada, ¡allí te juzgaré!
»¡Despierta, espada, contra mi pastor, contra el hombre en quien confío! —afirma el Señor Todopoderoso—. Hiere al pastor para que se dispersen las ovejas y vuelva yo mi mano contra los corderitos.
―¡Devuelve esa espada a su funda! —ordenó Jesús a Pedro—. ¿Acaso no he de beber el trago amargo que el Padre me da a beber?
Las tres compañías tocaron las trompetas e hicieron pedazos los cántaros. Tomaron las antorchas en la mano izquierda y, sosteniendo en la mano derecha las trompetas que iban a tocar, gritaron: «¡Desenvainad vuestras espadas, por el Señor y por Gedeón!»