No escondo tu justicia en mi corazón, sino que proclamo tu fidelidad y tu salvación. No oculto en la gran asamblea tu gran amor y tu verdad.
Jeremías 42:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Jeremías les respondió: ―Ya os he oído. Voy a rogar al Señor, a vuestro Dios, tal como me habéis pedido. Os comunicaré todo lo que el Señor me diga, y no os ocultaré absolutamente nada. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y el profeta Jeremías les dijo: He oído. He aquí que voy a orar a Jehová vuestro Dios, como habéis dicho, y todo lo que Jehová os respondiere, os enseñaré; no os reservaré palabra. Biblia Nueva Traducción Viviente —Está bien —contestó Jeremías—, oraré al Señor su Dios, como me lo han pedido, y les diré todo lo que él diga. No les ocultaré nada. Biblia Católica (Latinoamericana) El profeta Jeremías les contestó: 'De acuerdo, ahora mismo me pondré a rogar a Yavé, su Dios, por lo que ustedes me piden. Y cualquiera que sea la respuesta de Yavé, su Dios, yo se la comunicaré a ustedes sin ocultarles nada. La Biblia Textual 3a Edicion El profeta Jeremías les respondió: He oído. Mirad, voy a orar a YHVH vuestro Dios, como habéis dicho, y todo lo que YHVH os respondiere, os enseñaré. No os reservaré palabra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Os escucho -respondió el profeta Jeremías-. Ahora mismo voy a rogar a Yahveh, vuestro Dios, según vuestros deseos. Ahora bien, todo lo que Yahveh os responda, os lo comunicaré, sin ocultaros nada'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el profeta Jeremías les dijo: Os he oído. He aquí que voy a orar a Jehová vuestro Dios, como habéis dicho; y será que todo lo que Jehová os respondiere, os lo declararé; no os reservaré palabra. |
No escondo tu justicia en mi corazón, sino que proclamo tu fidelidad y tu salvación. No oculto en la gran asamblea tu gran amor y tu verdad.
―En cuanto salga yo de aquí —le aseguró Moisés al faraón—, rogaré por ti al Señor, y de aquí a mañana los tábanos se habrán apartado de ti, de tus funcionarios y de tu pueblo. Pero tú no debes seguir engañándonos ni impidiendo que el pueblo vaya a ofrecerle sacrificios al Señor.
El profeta que tenga un sueño, que lo cuente; pero el que reciba mi palabra, que la proclame con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano? —afirma el Señor—.
Así deberán hablarse entre amigos y hermanos: “¿Qué ha respondido el Señor?”, o “¿Qué ha dicho el Señor?”
«Así dice el Señor: “Párate en el atrio de la casa del Señor, y di todas las palabras que yo te ordene a todas las ciudades de Judá que vienen a adorar en la casa del Señor. No omitas ni una sola palabra.
Tal vez te escuchen, tal vez no, pues son un pueblo rebelde; pero tú les proclamarás mis palabras.
Vosotros sabéis que no he vacilado en predicaros todo lo que os fuera de provecho, sino que os he enseñado públicamente y en las casas.
Hermanos, el deseo de mi corazón, y mi oración a Dios por los israelitas, es que lleguen a ser salvos.
En cuanto a mí, que el Señor me libre de pecar contra él dejando de orar por vosotros. Yo seguiré enseñándoos el camino bueno y recto.